Asociación Muchachos de la Calle

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9 de diciembre de 2008

La escolaridad es blanco de la violencia


El informe Educación para Todos de la Unesco, dado a conocer la semana pasada, señala que 10% de los niños y niñas venezolanos no termina la educación básica, comprendida entre primer y noveno grado. Según datos del Ministerio de Educación, entre 1996 y 2006 más de 2.220.000 niños y niñas desertaron en esta etapa. Además, en el mismo lapso, más de 320.000 adolescentes y jóvenes dejaron inconcluso el diversificado (cuarto y quinto año de bachillerato).

La descomposición familiar, la carencia de recursos y el bajo rendimiento tradicionalmente confluían como explicaciones para este complejo fenómeno. Pero los analistas suman una nueva causa: la violencia. En muchas zonas populares, para los niños es un peligro ir a la escuela. Dentro o fuera de ella pueden convertirse en víctimas. La institución compite, en desventaja, con el influjo de la delincuencia.

¿Causa o consecuencia? Fernando Pereira, coordinador de Cecodap, establece un nexo entre la deserción y el incremento de la delincuencia: "Al salir de la escuela, no sólo pierden la posibilidad de obtener un grado, sino que van a la vida sin preparación. Los rostros de la violencia son de hombres jóvenes, bien sea como victimarios o como víctimas. La mayoría de ellos ni habrá terminado primaria".

Para Trina Carmona, directora nacional de Fe y Alegría, la violencia es consecuencia de la incapacidad del sistema educativo para retener a los niños y niñas. Sostiene que, si se mantienen estudiando, adquirirán valores que incidirán positivamente en ellos y los animarán a seguir los estudios o trabajar. "En los espacios desfavorecidos hay más amenazas, competimos con la delincuencia y la droga. Es una lucha mantenerlos dentro de la escuela cuando tienen una familia débil y todos esos estímulos externos", afirma.

(El Nacional, pp. S1-S2, 07/12 – Adriana Rivera/Alexandra Blanco)

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