Asociación Muchachos de la Calle

Asociación Muchachos de la Calle

17 de marzo de 2020

Hijos de la Indolencia ' Todos Los Niños necesitan Una Famila

Fuente; Redacción El Pitazo  27Octubre 2019

https://elpitazo.net/cronicas/hijos-de-la-indolencia-todos-los-ninos-necesitan-una-familia/

 

Todos los niños necesitan una familia. Para crecer felices, para aprender a amar y saberse amados. Los hijos de la indolencia han pasado parte de su vida sin conocer ese calor de hogar al que muchos adultos desearían volver. Están abandonados por sus padres, por el Estado venezolano y por una sociedad que no los mira a los ojos. Pero no todo está perdido. En este especial contamos sus historias desde su cotidianidad, desde sus miedos y también desde sus esperanzas. Porque también hay finales que los hacen sonreír

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Hijos de la Indolencia narra qué sienten y sueñan Minimí, Daniel, Lusi, Alejandro, Andrea, Sofi y las niñas mendigo de Caracas. Son historias que ilustran esa infancia excluida de las políticas públicas y abandonada por una sociedad golpeada económicamente y moralmente.
Este proyecto periodístico, realizado en una alianza entre El Pitazo, Historias que Laten y Cecodap, organización que trabaja en la defensa de los derechos humanos de la niñez, hace énfasis en el deseo y derecho de estos niños de pertenecer a una familia. Cuenta las causas que los separaron de sus padres, muestra cómo viven su día a día y revela lo que sueñan ser cuando sean grandes.
Pero Hijos de la indolencia va más allá. No sólo expone lo que padecen estos niños, niñas y adolescentes desprovistos del amor, de la protección y de los cuidados que les debe proveer ese hogar al que tienen derecho, sino que coloca en escena una forma de ayudarlos: la familia sustituta como una posible solución para cumplir los deseos de estos protagonistas que son apenas una mínima muestra de los que hoy viven en las calles y en casas hogares en Venezuela.
¿Alguna vez has pensado en cómo viven los niños que no tienen familia?
Visita el especial Hijos de la indolencia para que conozcas las seis historias que develan sin filtros el alma y corazón de quienes viven todos los días esta realidad. También encontrarás dos visualizaciones de datos que contrastan lo que disponen las políticas públicas y lo que ocurre en la práctica, y dos guías útiles: una para proteger a la niñez dejada atrás por padres y migrantes, y otra para convertirse en familia sustituta:
1) Un niño que vivía en la calle y estando en esta situación conoció a su nueva mamá: Minimí ya no está en la calle.
2) Un adolescente que ha vivido desde siempre una casa hogar y que por tener una condición especial reduce sus posibilidades de conseguir una familia: Música para el niño grande.
3) Una niña de apenas 7 años que ya ha vivido en dos casas hogares y ha sido separada de dos de sus tres hermanos: Lusi quiere ir a casa.
4) Un niño especial que tuvo la dicha de conseguirse una nueva mamá luego de que su progenitora lo abandonara en la maternidad de Catia: Alejandro y su mamá de corazón.
5) Dos niñas dejadas al cuidado de las abuelas y olvidadas por sus padres que hace unos años decidieron emigrar: Los dejados atrás de Petare.
6) La historia de las niñas que viven en las calles, piden para vivir mientras le huyen a la policía: Las niñas mendigo.
7) La realidad no se corresponde con el papel: Idenna: el instituto que se encarga de velar por la protección de la infancia no genera políticas públicas.
8) Las fundaciones, programas y misiones creados por el Estado para atender a la infancia y que están ausentes.
9) Una guía para aquellos padres que deben migrar a otro país de manera forzada y proteger a los hijos que dejan atrás, en Venezuela.
10) Una guía de procesos y mecanismos para ser una familia sustituta, una figura que permite atender a la niñez en situación de riesgo.

La oleada mirgratoria de venezolanos y el Trabajo infantil

La comunidad internacional ha declarado que la persistencia del trabajo infantil en el mundo de hoy es inaceptable y, mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha renovado su compromiso con la eliminación de todas las forma de trabajo infantil para 2025. Sin embargo, nuestro mundo vive estos días la mayor crisis migratoria y de refugiados desde la II Guerra Mundial, una situación que afecta especialmente a los niños. Actualmente más de 1,5 billones de personas viven en países afectados por conflictos, catástrofes y violencia o atraviesan crisis económicas, políticas y sociales. De esa cifra, 168 millones son niños, víctimas del trabajo infantil.[1] Nuestro país no está exento de esta realidad. El éxodo masivo de venezolanos que buscan mejores condiciones de vida está generando una profunda crisis humanitaria, y paralelamente económica, del continente latinoamericano. El trabajo infantil, como forma análoga de la esclavitud moderna, ha pasado a ser una de las problemáticas más urgentes a resolver por parte de la comunidad internacional, pues los menores migrantes, e incluso aquellos que se quedan en Venezuela sin sus padres o tutores legales, están expuestos a ser víctimas de organizaciones criminales dedicadas a esta práctica o forzados a trabajar para colaborar con el sostén familiar. Hasta la fecha la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) reveló que el número de migrantes venezolanos en Latinoamérica tuvo un crecimiento de 900% entre 2015 a 2017, cuando la cifra pasó de 89.000 a 900.000 personas, pudiéndose calcular entre 4,7% y 5,4% de la población del país, aproximadamente, quienes han cruzado a países vecinos como una alternativa necesaria para buscar nuevas y mejores oportunidades. Si ya de por si los migrantes constituyen un grupo vulnerable, los niños y niñas merecen especial atención.[2] Las separaciones familiares imponen un despiadado costo, que se agrava con la exposición de los menores a situaciones a las que son particularmente vulnerables, como el secuestro, el reclutamiento forzado y la explotación sexual. Cuando están en tránsito, los infantes pueden padecer abusos, falta de cuidados y privación de servicios esenciales, y en los lugares de destino, suelen tropezar con la detención ilícita, la xenofobia y la falta de atención especializada para los traumas físicos y mentales que han padecido. A pesar de que la Declaración de los Derechos del Niño señala en su artículo 9 que: “El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral, la realidad dista mucho de ajustarse a esta declaración, ya que las cifras antes mencionadas revelan que estamos muy lejos de erradicar el trabajo infantil. Es esencial que tanto Venezuela, como los países de acogida, compartan responsabilidades. La emergencia humanitaria compleja que atraviesa nuestro país requiere de medidas urgentes para solventarla, y además urgen mecanismos de solidaridad en las naciones receptoras, con el objeto de proteger a todos los niños y niñas, proporcionándoles no solo acceso a alimentos, servicios de salud y albergues, sino espacios para la educación y la recreación. De esta manera se reavivarán sus esperanzas y se les brindará la posibilidad de lograr un futuro mejor. Además, en este tipo de crisis con evolución veloz y creciente complejidad, es preciso actualizar regularmente las herramientas de evaluación rápida para determinar sin demora los riesgos de trabajo infantil y otras violaciones de los derechos fundamentales en las poblaciones migrantes. Al mismo tiempo, es necesario elaborar y probar nuevos modelos de intervención para abordar la cuestión del trabajo infantil en situaciones de crisis o fragilidad, y para fortalecer la protección y las soluciones para los niños, niñas, adolescentes, y otros grupos afectados. Es preciso entender que el trabajo infantil durante una crisis, como la que padece Latinoamérica ante la llegada de los migrantes venezolanos, perpetúa el ciclo intergeneracional de la pobreza y dificulta la recuperación económica y social de las naciones. Las organizaciones de la sociedad civil podemos jugar un rol determinante para aminorar este impacto, pues tenemos una ventaja comparativa al haber desarrollado las capacidades para establecer una estrecha relación con las comunidades afectadas, permitiéndonos obtener así un conocimiento íntimo de la situación, para desarrollar programas y campañas preventivas e informativas sobre el trabajo infantil para quienes tengan la intención de migrar llevando a sus hijos consigo. Y para quienes no tengan otra alternativa que dejarlos en Venezuela, proponer e implementar acciones eficaces, innovadoras, e incluso de bajo costo, que puedan llenar los vacíos o deficiencias en la acción del sector público y que además sirvan como modelos para abordar los problemas derivados del trabajo infantil en el país. Desde la defensa de los derechos humanos es fundamental que podamos tener en cuenta las diferentes problemáticas relacionadas con la emergencia humanitaria que afronta este éxodo venezolano, para así poder atenderlas y darles la respuesta a las poblaciones con especial vulnerabilidad, de allí el llamado que hacemos a la agencias de cooperación, a la sociedad civil y a la ciudadanía en general de poner su mirada en estos temas. [1] La OIT y la ONU llaman a evitar casos de trabajo infantil, 2017. Véase en: http://www.elmundo.com/noticia/La-OIT-y-la-ONU-llaman-a-evitar-casos-de-trabajo-infantil/353924 [2] La migración venezolana hacia Suramérica se disparó 895% entre 2015 y 2017, 2018. Véase en: http://efectococuyo.com/efecto-cocuyo/la-migracion-venezolana-hacia-suramerica-se-disparo-895-entre-2015-y-2017/

13 de enero de 2020

Una estrategia para prevenir la violencia

¨Los muchachos de hoy en día son frágiles como hojas al viento, les cuesta integrarse a la sociedad. Se sienten excluidos, La responsabilidad es de los adultos, y y por esto es necesario salvar esta generación.¨  (Maria Rita Parsi)
Numerosos articulos  sobre los estragos de la violencia escolar aparecen todos los días en los diarios.
Cuando un estudiante es agredido por 30 muchachos de otro liceo, cuando a una niña tratan de envenenarla sus compañeritas de clases, cuando una jovencita de 14 años, amenaza con un arma (un chopo) a niña de 11 años,  cuando los muchachos tienen que cambiarse de franela o quitarse la insignia del colegio por temor a ser agredidos por muchachos de su misma edad, cabe preguntarse que está pasando????
 Ya los muchachos  parecen  pequeños monstruos  y la tentación de decir   que esta adolescencia es irrecuperable  es fuerte.

 Pero lo más preocupante son las posible soluciones que presentan los defensores o los educadores: represión, castigo, más controles.
Sin embargo esta no parece la solución más adecuada. En Italia surgió una alternativa diferente  y simpática.

Compremos su tiempo libre
Esta propuesta surge de Showbility, y habla a los jóvenes muy claramente, estimulando su curiosidad en sus intereses primarios.  La Directora científica del proyecto es la psicóloga Maria Riti Parsi, quien,   ,   desde hace muchísimos años se dedica al tema de la infancia y la adolescencia.
La idea en pocas palabras es la siguiente: Te gustaría encontrar una persona de la farándula, o del deporte? Quisieras  recargar tu celular? Un ingreso gratuito a una discoteca? O una suscripción a un gimnasio? Y mucho más
Ven con nosotros y utiliza tu tiempo libre a trabajos socialmente útiles y podrás obtener alguna de estas cosas.

La inscripción es gratuita se puede hacer en
Línea
  http://www.ilgiornale.it/news/showbility-volontariato-che-nobilita-i-giovani.html.

El que se inscriba luego puede ser contactado, según sus intereses, edades.

Responsabilizar a los jóvenes.  Este es el objetivo preciso (en la era del bullyng) de Showbility.  Se trata del primer recorrido de solidaridad social al mundo que involucra muchachos, en edad comprendida entre los 14 y los 25 años, en actividad de voluntariado.  Un circuito che permite a los adolescentes de enfrentar fenomemos conelbullyn, a través de intervenciones e reinserción asosiativa, como la asistencia a niños, anianos e ivalidos, la limpieza de parques y la protección del anbiete, lacolaboración en los refugios de perros y otras actividades constructivas n elempleo del tiempo libre, en especial los fines de semana.