Asociación Muchachos de la Calle

Asociación Muchachos de la Calle

20 de agosto de 2022

El portal “Me conoces, niños venezolanos” exhibe a 1.200 niños venezolanos en Colombia que serían dados en adopción Leer más

 Imagine la posibilidad de que sus familiares hayan tomado la decisión de migrar a otros países con sus hijos menores de edad, pero las circunstancias hayan obligado a los padres a dejar abandonados a sus hijos en “resguardo” o a la “espera” en Colombia y hoy sean exhibidos en un portal institucional a la espera de ser reclamados. Sin embargo, si nadie responde por estos niños, en un lapso no mayor a seis meses serán dados en adopción.

Esta es la realidad que viven actualmente 1.200 niños, niñas y adolescentes venezolanos, que están bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que en su página web oficial creó un enlace llamado “Me conoces, niños venezolanos”.

Allí se exhiben fotografías y datos personales de estos infantes y jóvenes, con la intención de que puedan ser reubicados con sus familiares, pero que a simple vista corroen sus derechos fundamentales al ser expuestos, en una especie de subasta al mejor postor.

De esto, conversó con HispanoPost, Leonardo Rodríguez Angola, director de la Asociación Civil Jóvenes y Desarrollo, quien alertó que esta iniciativa podría ser contraproductiva para estos menores de edad que se encuentran a la deriva social en el país vecino.

“Nuestra organización es un observatorio dedicado a la visibilización de los derechos de la infancia en Venezuela, de la niñez y adolescencia. Nosotros hemos ido identificando cómo el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ha venido reportando en su página web que bajo su protección hay 1.200 niños, niñas y adolescentes venezolanos institucionalizados que llegaron a Colombia”.

Explicó que, en principio, lo que se conoce es que estos niños “se separaron de sus padres por diversas circunstancias y hoy en día están bajo la protección de este instituto. Como la ley colombiana es exigente con el tema de la institucionalización, estos niños en los próximos seis meses deben ser dados en adopción. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ha iniciado una campaña para lograr identificar a los familiares de estos niños en Venezuela, para ver si se logra la reunificación familiar”.

Rodríguez Angola acotó que esta situación está ocasionando el desarraigo de miles de niños y adolescentes venezolanos alrededor del mundo, no solo en Colombia: “El principal problema de la adopción es el desarraigo, esos niños pierden la nacionalidad, pierden su identidad. Eso no lo vamos a entender hoy en día, sino dentro de 20 años, cuando esos niños vuelvan a Venezuela a buscar su familia de origen».

Indicó que no tienen certeza de que exista una base de datos de estos niños ni allá ni mucho menos acá en Venezuela. «El año pasado tenía datos de 500 niños venezolanos bajo la protección del Estado ecuatoriano y otros 700 protegidos por el Estado peruano. En esos Estados tiene que producirse una adopción en un lapso de seis a nueve meses, porque la ley lo exige. No puede haber niños institucionalizados”.

Alerta de seguridad

Este portal exhibe no solo las fotos de los niños, sino también sus datos personales y el número de contacto del organismo o institución que está a su cuidado. Y cualquier persona que finja “reconocer” y formar parte de su núcleo familiar puede reclamar al infante y repatriarlo o, en el peor de los casos, venderlo a redes de trata, prostitución, pedofilia y abusos, aseveró el abogado.

“No puede ser que otro país tenga una página web en donde exhiben las fotos de nuestros niños venezolanos y sus datos de identidad. Además de colocarlos en una situación de inseguridad jurídica, estas redes de trata, de abuso sexual y pedofilia pueden aprovechar estos datos para tener acceso a esos niños. Hay un daño a su derecho humano fundamental que es el honor, la reputación, porque estos niños están siendo estigmatizados. Todo lo que se sube a Internet queda ahí para siempre”, dijo.

Detalló que eso lo están haciendo a través de su página web, donde han creado un enlace que se llama“Me conoces, niños venezolanos”. «Una vez que entras ahí encuentras la foto y los datos de identidad de estos 1.200 niños que están bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Si las familias en Venezuela no responden o no buscan contactar a este instituto, estos niños serán dados en adopción por un tribunal. Luego perderán la nacionalidad venezolana y serán nacionales de Colombia. En un segundo momento, la adopción permite que al niño se le cambie el nombre y el apellido, es decir, que estos niños van a perder hasta sus datos de identidad”.

Rodríguez Angola, además, destacó que estos 1.200 niños son solo los que se han podido contabilizar en los últimos seis meses. “Diariamente ingresan por lo menos 200 o 300 niños acompañados por sus familias, de los cuales, muchos de ellos van a terminar en las calles o bajo la protección del Instituto de Protección Familiar de Colombia».

Explicó que son niños que llegan al territorio colombiano, en principio, acompañados por sus padres. «Hay casos reportados de niños que llegan solos, estamos hablando de niños entre 10 y 12 años que pueden cruzar la frontera completamente solos. No hay nadie que se los impida, dado que la frontera está cerrada y el paso se hace por trochas. Si un niño se agarra de un adulto, simplemente pasa. Ningún trochero va a pedir la partida de nacimiento para comprobar que va con usted”.

El peligro de una migración forzada se acrecienta cuando los padres ingenuamente le facilitan el trabajo a las redes delincuenciales organizadas. “Hemos identificado que hay redes de trata de personas que están pagándole a los papás para que les entreguen a los niños, con la excusa de ofrecerles a los niños la posibilidad de descansar y hacer sus comidas completas, mientras los padres van avanzando en el viaje hacia su destino. La gente cree eso y termina recibiendo 200 o 300 dólares por ese trámite, que al final lo necesitan porque si tienen a cinco hijos prefieren dejar a dos en Colombia y avanzar con los otros tres más pequeños”.

Venezuela no está colaborando

A juicio del abogado, el Estado venezolano no está haciendo la debida tarea de reunificar a la familia venezolana, en especial, en el caso de estos niños que fueron abandonados en Colombia: “Pareciera que este esfuerzo que están haciendo de localización familiar en Venezuela no está teniendo los resultados que se esperan. No existe del lado venezolano alguna agencia del Estado que se esté dedicando a esto, a la localización familiar de estos 1.200 niños que están en Colombia”.

Aseveró que “este es un tema que requiere de una política pública especializada por parte del Gobierno nacional, para garantizar la protección de los niños, niñas y adolescentes migrantes; de los niños venezolanos que están en otros países y que pueden estar en condición de calle, que pueden estar siendo explotados laboral o sexualmente o que están bajo la protección de aquellos Estados y que requieren que se haga el mayor de los esfuerzos para reintegrarlos a su familia de origen”.

Indicó que el Estado debe ejecutar políticas públicas que garanticen los derechos fundamentales de sus migrantes. “En Venezuela esa potestad la tiene el Viceministerio para Suprema Felicidad, que es el órgano rector del sistema de protección del niño, niña y adolescente en Venezuela y es el que tiene que crear las condiciones, apoyado con agencias internacionales como Unicef, para generar en el país un programa de localización familiar que permita efectivamente contactar a las familias de estos niños para garantizar su protección social en el caso de que puedan volver al país y la protección de sus derechos fundamentales”.

Con el inicio del nuevo período presidencial de Gustavo Petro, sumado a las expectativas positivas que rugieron tras la reactivación de las relaciones bilaterales diplomáticas entre Colombia y Venezuela, el abogado aseveró que “la esperanza es que ahora no solamente se vean fortalecidas las relaciones comerciales, sino también las relaciones políticas y de protección social. Es fundamental revisar las políticas de protección social que van a implementar los gobiernos de Maduro y Petro, para garantizar a los migrantes el respeto a sus derechos humanos”.

Añadió que las actuaciones que hagan ambos gobiernos deben estar en el marco de los tratados y los convenios internacionales. «Además de eso, que en este programa de Vuelta a la Patria, de regresar a Venezuela, haya una protección social suficiente para que la gente pueda llegar y encontrar condiciones mínimas de acceso al sistema de salud, educación, entre otros. Pero también debe pasar en los países receptores, que les ofrezcan a los venezolanos la garantía a sus derechos humanos”.

Rodríguez Angola puntualizó que debe haber una acción coordinada entre los Estados en cuanto a las redes de trata de personas. «Vemos como en redes sociales como Instagram se promociona con mucha facilidad trabajos para adolescentes en Colombia. Se habla expresamente en Instagram de las actividades de explotación sexual y prostitución que puede hacer una mujer venezolana y cuánto pueden ganar. Esto hay que atacarlo y eso se tienen que hacer de manera coordinada entre ambos gobiernos y las policías científicas de ambos gobiernos. Creo que colocar este tipo de información a la vista de la ciudadanía es un llamado de atención para ambos países”. 

Foto: Raúl Romero

Fuente:

Keissy Bracho 20 Agosto 2022

Hispano Post

1.800.000 niños venezolanos se encuentran en situación de sub-nutrición, dijo Susana Raffalli

En el contexto del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, se llevó a cabo en horas de la mañana de este viernes 19 de agosto una actividad para conocer el contexto actual de la Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela.

Durante el conversatorio, organizado por diversas organizaciones civiles, titulado «¿Es necesaria hoy la Acción Humanitaria en Venezuela?, se abordaron las necesidades humanitarias, los avances y principales retos, así como el valor, las restricciones y amenazas del trabajo humanitario en el país.

En la actividad realizada vía Zoom, participó Susana Raffalli Arismendi, nutricionista, e integrante de Caritas de Venezuela, quien aseguró que 1.800.000 niños se encuentran en situación de sub-nutrición.

La especialista hizo énfasis en que la situación de inseguridad alimentaria familiar es todavía consistente con una crisis humanitaria «incontestable».

«Estas cifras reflejan la situación de las poblaciones más pobres del país, porque es ahí donde está el trabajo humanitario que hay que hacer, no estamos reflejando la situación en la zona rosa de Caracas», dijo.

«Quiero también ser responsable en mencionar que en términos de la escala de problemas, esta no es la misma escala en términos de la cantidad de niños y mujeres afectadas que vimos y registramos en el año 2017, es un poquito menor en términos del tamaño de la emergencia y la cantidad de población afectada», agregó Raffalli Arismendi.

Sin embargo, destacó que la complejidad del problema ha aumentado «muchísimo». «Son familias que vienen victimas de problemas de prostitución, involucradas en actividades ilegales, presas de redes de tráfico humano, para afrontar la situación que todavía no mejora para ellas», aseveró. 


Funte:20-08-2022

12 de abril de 2022

EL DÍA QUE PANCHO VILLA ADOPTÓ A 300 NIÑOS DE LA CALLE

 EL DÍA QUE PANCHO VILLA ADOPTÓ A 300 NIÑOS DE LA CALLE DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Hombre de familia y padre aplicado. Pancho Villa que convive con muchos de sus hijos suele hacerse cargo no solo de sus hijos sino de los de sus soldados y demuestra un afecto desbordante hacia los niños.
En una ocasión en el año de 1914 después de una ceremonia protocolar en Palacio Nacional saliendo a las 2 de la mañana estaba haciendo mucho frío

 y el General Villa se sorprendió de ver una multitud de niños en los pisos de las puertas en los guardapiés de los edificios y gritando de frio tapados con periódicos con cartones y abrazados a perros, y muy angustiado le pregunto al General Nicolás Fernández, que era de su personal de sus dorados, “Oiga General con este condenado frio a quienes están esperando estas criaturas aquí” el General Fernández le contestó “Son niños de la calle mi General la mayoría no tienen hogar y los que tienen sus propios padres los echan haber que concilian”.
Los niños en la calle eran casi 300 y en un cuartel cercano el General Pancho Villa pidió la preparación de 500 almuerzos para el día siguiente y mandó llamar a los pequeños.
Los 300 niños terminan con los 500 almuerzos y el General Villa sonriendo les dice; “Ya que matamos la que nos andaba matando quiero hacerles una propuesta; los que quieran ser hijos adoptivos míos me los llevo a Chihuahua y además de darles casa vestido y sustento les doy escuela, ¿quiénes aceptan?”
Aceptaron todos.
Tomado del historiador Adolfo Carrasco Vargas…
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17 de marzo de 2020

Hijos de la Indolencia ' Todos Los Niños necesitan Una Famila

Fuente; Redacción El Pitazo  27Octubre 2019

https://elpitazo.net/cronicas/hijos-de-la-indolencia-todos-los-ninos-necesitan-una-familia/

 

Todos los niños necesitan una familia. Para crecer felices, para aprender a amar y saberse amados. Los hijos de la indolencia han pasado parte de su vida sin conocer ese calor de hogar al que muchos adultos desearían volver. Están abandonados por sus padres, por el Estado venezolano y por una sociedad que no los mira a los ojos. Pero no todo está perdido. En este especial contamos sus historias desde su cotidianidad, desde sus miedos y también desde sus esperanzas. Porque también hay finales que los hacen sonreír

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Hijos de la Indolencia narra qué sienten y sueñan Minimí, Daniel, Lusi, Alejandro, Andrea, Sofi y las niñas mendigo de Caracas. Son historias que ilustran esa infancia excluida de las políticas públicas y abandonada por una sociedad golpeada económicamente y moralmente.
Este proyecto periodístico, realizado en una alianza entre El Pitazo, Historias que Laten y Cecodap, organización que trabaja en la defensa de los derechos humanos de la niñez, hace énfasis en el deseo y derecho de estos niños de pertenecer a una familia. Cuenta las causas que los separaron de sus padres, muestra cómo viven su día a día y revela lo que sueñan ser cuando sean grandes.
Pero Hijos de la indolencia va más allá. No sólo expone lo que padecen estos niños, niñas y adolescentes desprovistos del amor, de la protección y de los cuidados que les debe proveer ese hogar al que tienen derecho, sino que coloca en escena una forma de ayudarlos: la familia sustituta como una posible solución para cumplir los deseos de estos protagonistas que son apenas una mínima muestra de los que hoy viven en las calles y en casas hogares en Venezuela.
¿Alguna vez has pensado en cómo viven los niños que no tienen familia?
Visita el especial Hijos de la indolencia para que conozcas las seis historias que develan sin filtros el alma y corazón de quienes viven todos los días esta realidad. También encontrarás dos visualizaciones de datos que contrastan lo que disponen las políticas públicas y lo que ocurre en la práctica, y dos guías útiles: una para proteger a la niñez dejada atrás por padres y migrantes, y otra para convertirse en familia sustituta:
1) Un niño que vivía en la calle y estando en esta situación conoció a su nueva mamá: Minimí ya no está en la calle.
2) Un adolescente que ha vivido desde siempre una casa hogar y que por tener una condición especial reduce sus posibilidades de conseguir una familia: Música para el niño grande.
3) Una niña de apenas 7 años que ya ha vivido en dos casas hogares y ha sido separada de dos de sus tres hermanos: Lusi quiere ir a casa.
4) Un niño especial que tuvo la dicha de conseguirse una nueva mamá luego de que su progenitora lo abandonara en la maternidad de Catia: Alejandro y su mamá de corazón.
5) Dos niñas dejadas al cuidado de las abuelas y olvidadas por sus padres que hace unos años decidieron emigrar: Los dejados atrás de Petare.
6) La historia de las niñas que viven en las calles, piden para vivir mientras le huyen a la policía: Las niñas mendigo.
7) La realidad no se corresponde con el papel: Idenna: el instituto que se encarga de velar por la protección de la infancia no genera políticas públicas.
8) Las fundaciones, programas y misiones creados por el Estado para atender a la infancia y que están ausentes.
9) Una guía para aquellos padres que deben migrar a otro país de manera forzada y proteger a los hijos que dejan atrás, en Venezuela.
10) Una guía de procesos y mecanismos para ser una familia sustituta, una figura que permite atender a la niñez en situación de riesgo.

La oleada mirgratoria de venezolanos y el Trabajo infantil

La comunidad internacional ha declarado que la persistencia del trabajo infantil en el mundo de hoy es inaceptable y, mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha renovado su compromiso con la eliminación de todas las forma de trabajo infantil para 2025. Sin embargo, nuestro mundo vive estos días la mayor crisis migratoria y de refugiados desde la II Guerra Mundial, una situación que afecta especialmente a los niños. Actualmente más de 1,5 billones de personas viven en países afectados por conflictos, catástrofes y violencia o atraviesan crisis económicas, políticas y sociales. De esa cifra, 168 millones son niños, víctimas del trabajo infantil.[1] Nuestro país no está exento de esta realidad. El éxodo masivo de venezolanos que buscan mejores condiciones de vida está generando una profunda crisis humanitaria, y paralelamente económica, del continente latinoamericano. El trabajo infantil, como forma análoga de la esclavitud moderna, ha pasado a ser una de las problemáticas más urgentes a resolver por parte de la comunidad internacional, pues los menores migrantes, e incluso aquellos que se quedan en Venezuela sin sus padres o tutores legales, están expuestos a ser víctimas de organizaciones criminales dedicadas a esta práctica o forzados a trabajar para colaborar con el sostén familiar. Hasta la fecha la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) reveló que el número de migrantes venezolanos en Latinoamérica tuvo un crecimiento de 900% entre 2015 a 2017, cuando la cifra pasó de 89.000 a 900.000 personas, pudiéndose calcular entre 4,7% y 5,4% de la población del país, aproximadamente, quienes han cruzado a países vecinos como una alternativa necesaria para buscar nuevas y mejores oportunidades. Si ya de por si los migrantes constituyen un grupo vulnerable, los niños y niñas merecen especial atención.[2] Las separaciones familiares imponen un despiadado costo, que se agrava con la exposición de los menores a situaciones a las que son particularmente vulnerables, como el secuestro, el reclutamiento forzado y la explotación sexual. Cuando están en tránsito, los infantes pueden padecer abusos, falta de cuidados y privación de servicios esenciales, y en los lugares de destino, suelen tropezar con la detención ilícita, la xenofobia y la falta de atención especializada para los traumas físicos y mentales que han padecido. A pesar de que la Declaración de los Derechos del Niño señala en su artículo 9 que: “El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral, la realidad dista mucho de ajustarse a esta declaración, ya que las cifras antes mencionadas revelan que estamos muy lejos de erradicar el trabajo infantil. Es esencial que tanto Venezuela, como los países de acogida, compartan responsabilidades. La emergencia humanitaria compleja que atraviesa nuestro país requiere de medidas urgentes para solventarla, y además urgen mecanismos de solidaridad en las naciones receptoras, con el objeto de proteger a todos los niños y niñas, proporcionándoles no solo acceso a alimentos, servicios de salud y albergues, sino espacios para la educación y la recreación. De esta manera se reavivarán sus esperanzas y se les brindará la posibilidad de lograr un futuro mejor. Además, en este tipo de crisis con evolución veloz y creciente complejidad, es preciso actualizar regularmente las herramientas de evaluación rápida para determinar sin demora los riesgos de trabajo infantil y otras violaciones de los derechos fundamentales en las poblaciones migrantes. Al mismo tiempo, es necesario elaborar y probar nuevos modelos de intervención para abordar la cuestión del trabajo infantil en situaciones de crisis o fragilidad, y para fortalecer la protección y las soluciones para los niños, niñas, adolescentes, y otros grupos afectados. Es preciso entender que el trabajo infantil durante una crisis, como la que padece Latinoamérica ante la llegada de los migrantes venezolanos, perpetúa el ciclo intergeneracional de la pobreza y dificulta la recuperación económica y social de las naciones. Las organizaciones de la sociedad civil podemos jugar un rol determinante para aminorar este impacto, pues tenemos una ventaja comparativa al haber desarrollado las capacidades para establecer una estrecha relación con las comunidades afectadas, permitiéndonos obtener así un conocimiento íntimo de la situación, para desarrollar programas y campañas preventivas e informativas sobre el trabajo infantil para quienes tengan la intención de migrar llevando a sus hijos consigo. Y para quienes no tengan otra alternativa que dejarlos en Venezuela, proponer e implementar acciones eficaces, innovadoras, e incluso de bajo costo, que puedan llenar los vacíos o deficiencias en la acción del sector público y que además sirvan como modelos para abordar los problemas derivados del trabajo infantil en el país. Desde la defensa de los derechos humanos es fundamental que podamos tener en cuenta las diferentes problemáticas relacionadas con la emergencia humanitaria que afronta este éxodo venezolano, para así poder atenderlas y darles la respuesta a las poblaciones con especial vulnerabilidad, de allí el llamado que hacemos a la agencias de cooperación, a la sociedad civil y a la ciudadanía en general de poner su mirada en estos temas. [1] La OIT y la ONU llaman a evitar casos de trabajo infantil, 2017. Véase en: http://www.elmundo.com/noticia/La-OIT-y-la-ONU-llaman-a-evitar-casos-de-trabajo-infantil/353924 [2] La migración venezolana hacia Suramérica se disparó 895% entre 2015 y 2017, 2018. Véase en: http://efectococuyo.com/efecto-cocuyo/la-migracion-venezolana-hacia-suramerica-se-disparo-895-entre-2015-y-2017/

13 de enero de 2020

Una estrategia para prevenir la violencia

¨Los muchachos de hoy en día son frágiles como hojas al viento, les cuesta integrarse a la sociedad. Se sienten excluidos, La responsabilidad es de los adultos, y y por esto es necesario salvar esta generación.¨  (Maria Rita Parsi)
Numerosos articulos  sobre los estragos de la violencia escolar aparecen todos los días en los diarios.
Cuando un estudiante es agredido por 30 muchachos de otro liceo, cuando a una niña tratan de envenenarla sus compañeritas de clases, cuando una jovencita de 14 años, amenaza con un arma (un chopo) a niña de 11 años,  cuando los muchachos tienen que cambiarse de franela o quitarse la insignia del colegio por temor a ser agredidos por muchachos de su misma edad, cabe preguntarse que está pasando????
 Ya los muchachos  parecen  pequeños monstruos  y la tentación de decir   que esta adolescencia es irrecuperable  es fuerte.

 Pero lo más preocupante son las posible soluciones que presentan los defensores o los educadores: represión, castigo, más controles.
Sin embargo esta no parece la solución más adecuada. En Italia surgió una alternativa diferente  y simpática.

Compremos su tiempo libre
Esta propuesta surge de Showbility, y habla a los jóvenes muy claramente, estimulando su curiosidad en sus intereses primarios.  La Directora científica del proyecto es la psicóloga Maria Riti Parsi, quien,   ,   desde hace muchísimos años se dedica al tema de la infancia y la adolescencia.
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El que se inscriba luego puede ser contactado, según sus intereses, edades.

Responsabilizar a los jóvenes.  Este es el objetivo preciso (en la era del bullyng) de Showbility.  Se trata del primer recorrido de solidaridad social al mundo que involucra muchachos, en edad comprendida entre los 14 y los 25 años, en actividad de voluntariado.  Un circuito che permite a los adolescentes de enfrentar fenomemos conelbullyn, a través de intervenciones e reinserción asosiativa, como la asistencia a niños, anianos e ivalidos, la limpieza de parques y la protección del anbiete, lacolaboración en los refugios de perros y otras actividades constructivas n elempleo del tiempo libre, en especial los fines de semana.

17 de mayo de 2019

Niños de la Calle

VÍDEO: Los niños que viven en la calle en Venezuela porque sus familias no pueden alimentarlos Un periodista de la BBC siguió el día a día de varios niños que por la grave crisis económica y social de Venezuela terminaron viviendo en la calle. /ninos-en-venezuela/">

2 de enero de 2019

El principal insumo de la guerrilla y el ELN de Colombia: Niños y jóvenes venezolanos” ELN

El principal insumo de la guerrilla y el ELN de Colombia: Niños y jóvenes venezolanos” ELN Carlos Zapata/Aleteia Venezuela | Dic 14, 2018 La guerrilla colombiana y el Ejército de Liberación Nacional siguen creciendo en tierras venezolanas, donde ubican “mano de obra barata” para acciones irregulares, según confirman distintas entidades en conversación con Aleteia Haga click aquí para abrir el carrusel fotográfico Reportes de la prensa especializada y estructuras no gubernamentales y de la Iglesia católica consultadas por Aleteia confirman la denuncia: aumenta la recluta de jóvenes que llegan en masa a tierras colombianas tras huir de la crisis humanitaria compleja de Venezuela. En entrevista exclusiva con Aleteia, el director de FundaRedes, Javier Tarazona, ratifica que “para la guerrilla ha sido más fácil estar en Venezuela que hacer su trabajo político en Colombia” y advierte que existen estudios concluyentes con respecto a la recluta “no forzosa” de personas de muy baja edad para las filas de sus cuerpos irregulares. La prensa colombiana y la mexicana dan cuenta, por su parte, de un aumento de la mano de obra venezolana para el crimen organizado. Aprovechan el “bajo costo” cifrado en una banda que oscila entre los 300 y 500 dólares por mes para acciones vinculadas con estos grupos, a los que se uniría ahora un “Colectivo del Pueblo”. -Desde FundaRedes denunciaron la recluta sistemática de niños y jóvenes en escuelas venezolanas… -Para la guerrilla ha sido más fácil estar en Venezuela que hacer su trabajo político en Colombia, aunque fueron dos propósitos distintos. En Colombia, era acceder al poder. En Venezuela es proteger a la revolución y darle continuidad al gobierno de (Nicolás) Maduro; mantener un cuerpo humano que desarrolla actividades ilícitas que de otra manera necesita tener logística para crecer internacionalmente. Ellos necesitan actividad económica: microtráfico de drogas, minería ilegal, contrabando de combustible y cualquier otro trabajo ilegal como extorsión, secuestro, desaparición de personas, que termina siendo un “modus vivendi” de ellos. El reclutamiento ha sido evidente. La Asamblea Nacional (AN) sesionó en Táchira el 1ero de marzo de 2018. Se escucharon testimonios de familiares de secuestrados, como el de la madre de María José Molina, quien fue reclutada por el Frente 33 de las FARC. Hay muchos familiares de reclutados que no se atreven a denunciarlos, porque sienten que les van a matar o las consecuencias serán muy drásticas por parte de este tipo de organizaciones al margen de la ley. ELN eln-voces.com -¿Cuentan con investigación analítica y de campo que concluya de manera firme que hay tal reclutamiento como una labor sistemática? -Hemos hecho un cruce de los niveles de deserción escolar en frontera, en comparación con la del resto del país. Tenemos un estudio de cómo porcentualmente la media de los estados fronterizos es superior, pero además de que la deserción es directamente proporcional (al aumento de integrantes de la guerrilla): a mayor número de deserción, mayor vinculación a los grupos irregulares de Venezuela. -¿Recluta forzosa? -No. El reclutamiento no es ni siquiera forzoso en muchos casos: me estoy atreviendo a recoger testimonios para afirmar que la guerrilla es muy bien vista por habitantes de la frontera; porque ante el Estado que no da condiciones, la guerrilla garantiza elementos que el Estado no da. La guerrilla lleva regalos a los niños, entrega la caja Clap, lleva música por medio de cinco emisoras. Ofrece cosas que el Gobierno no da y hay una población que siente gratitud por ello. -Aleteia estimó recientemente, con el respaldo de estudios de diversas instituciones y reportes de la prensa especializada, que “un venezolano ‘vale’ 300 dólares por mes” para trabajos vinculados con el crimen organizado. ¿Manejan en FundaRedes ese tipo de cifras y situaciones? -Sí, lo confirmamos. En efecto, llegamos a pensar que diariamente pudieran estar ganando entre los 30 mil y 50 mil pesos. Eso estaría entre los 10 y 15 dólares, al cambio, lo que implica mensualmente unos 400 dólares. Es decir, el monto oscila de los 300 dólares hacia arriba, hasta los 500. Galería fotográfica -Habitualmente se ve afectada la población más joven, incluso los niños… ¿Por qué? -Personas con edades bajas, porque es la población con más desesperanza, y es la que trabaja con mayor agilidad. (Los grupos irregulares) requieren personal que implique rapidez y eficiencia en sus operaciones. Tenemos imágenes en los que la guerrilla juega con los niños, la guerrilla va a la escuela, (los niños) colorean sus revistas. Les entregan útiles escolares a los niños: cuadernos y material ideológico, con alegoría al grupo irregular. Y con alevosía, porque lo entregan en presencia de directivos y profesores ¡y nadie puede decir nada! Pero además, frente a la necesidad, ¿quién va a decir algo, si no hay cuadernos y ellos les dan cuadernos? ¿Quién pinta las escuelas? Un programa de una fundación que tienen (los guerrilleros). Entonces, terminan haciendo lo que el Estado no hace. -También usan símbolos… Sí. De hecho, en las escuelas hay murales de la guerrilla colombiana. Como ocurría con Pablo Escobar: ellos han venido utilizando la figura de su comandante fundador, Camilo Torres, quien fuera sacerdote; incluso, una sede de la Universidad Bolivariana en Rubio (en Táchira, en frontera con Colombia) es el rostro de este sacerdote. Lo usan porque están en un pueblo católico, defensor del sacerdote como líder. Usan la imagen de la Iglesia para crecer simbólicamente en un Estado. Te puede interesar: “Minería ilegal en Venezuela financia a la guerrilla y el ELN de Colombia” Aún se escucha el clamor del Papa Benedicto XVI (en 2011) cuando imploró a Dios el cese de la violencia en Colombia. Ayer como ahora, la Iglesia Católica pide que acaben “cuanto antes” las situaciones “que han causado tanto dolor”, y que los colombianos puedan gozar de una paz estable, justa y verdadera. “No se dejen vencer, no se dejen engañar, no pierdan la alegría, no pierdan la esperanza y no pierdan la sonrisa”, dijo por su parte el Papa Francisco durante su visita a la nación cafetera. ¡Un deseo con mayor vigencia que nunca! Ya que estás aquí ... ... nos gustaría decirte algo más. ¡Cada vez estás leyendo más Aleteia, y nos emociona ser parte de tu vida! 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29 de agosto de 2018

Inocencia tras las rejas ' AnaRodriguez Brazón

Ana Rodríguez Brazón.- El “qué quiere ser cuando se grande” de Fravier Bello, un adolescente de 16 años, cambio hace cuatro meses por unos barrotes tras ser acusado por terrorismo y porte de municiones, delitos que seguramente ni él mismo sabe lo que significan, pero de los que el Gobierno de Nicolás Maduro lo acusa. Fravier desde hace unos dos años vivía en la calle. Sus familiares abandonaron el país y él quedó solo. “Hace un año lo ayudamos. Tenía sarna, le dimos un lugar para dormir, comida, trabajo. Hacía sus labores con nosotros. Luego volvió a la calle y nuevamente lo recuperamos”, relata con tristeza Alexander Marquina, presidente de la fundación “Quédate con Nosotros, Señor”, la cual se ha encargado del niño. Marquina no descansa. No solo porque tiene que estar pendiente de la fundación y de los servicios que presta a jóvenes de la calle, sino que pasa largas horas en el Palacio de Justicia, a las afueras del penal de Cochecito o de reunión en reunión buscando la manera de demostrar la inocencia de su apadrinado. Desde aquel 18 de abril de 2018, la vida de Marquina cambió. Ese día perdió comunicación con Fravier y días después se enteró que el joven se encontraba en El Helicoide, señalado de estar inmerso en hechos de conspiración, los cuales “develó” el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol; al dar detalles de la Operación Gedeón II, ocurrida en un allanamiento a la casa de Manuel Da Costa, activista del Movimiento Nacionalista Vasco Da Costa. Bajo una llovizna a las afueras del Palacio de Justicia, en el centro de Caracas, Marquina relata que el niño “estaba cuidando una casa en Baruta. Le hacía mantenimiento al lugar”. Desde la fundación le concedieron el permiso a Fravier para tomar este trabajo al este de la ciudad, que realizaría a la par de sus quehaceres en la institución, como aprender a tocar percusión, cantar las misas y llevar comida a los más necesitados. Pero nunca se imaginaron que se encontraría en el sitio equivocado. Marchaba por comida La vida de este joven no ha sido fácil, ahora menos, cuando a su corta edad ya conoce dos cárceles, no ha podido recibir visitas y pareciera que se esfuman las esperanzas de ver la libertad, pues debido a que Marquina no es un pariente, ni siquiera ha podido ver el expediente del caso. El hambre también ha sido parte de las dificultades de Fravier. Durante las manifestaciones de 2017 el niño asistía en busca de alimento, pues siempre había alguien dispuesto a darle algo para mitigar el ruido de su estómago. “Él nos confesó que iba a las marchas por comida, no porque le pagaran sino que la gente le daba comida”. Durante las manifestaciones, Fravier conoció a Da Costa, a quien sería su empleador y por quien erróneamente iría a la cárcel. Luego de esta operación realizada por el Gobierno, cuando estaba en El Helicoide, Marquina pudo ver un día al niño, en esa oportunidad tenía un golpe en la cabeza posiblemente hecho por otros presos. “El niño estaba deprimido. Nos preocupa su estabilidad emocional”. Desde que está en Cochecito también se les ha dificultado llevar la comida al menor. “Nos han amenazado en no llevar nada. Como la fundación trabaja en colaboración con el Ministerio Servicios Penitenciarios hemos podido llevarle algunas cosas a la cárcel. El joven hasta ahora no ha tenido audiencias”, explica el vocero. Sin una familia que vele por él, el proceso de defensa está en manos de organizaciones como el Foro Penal. “Hago un llamado para que se pongan la mano en el corazón, es un niño que quiere soñar, estar libre, vivir en un país diferente”, repite Marquina, quien ya logró una autorización del Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, para ver y responsabilizarse de Fravier, pero aún así no ha podido contactar al menor. Periodismo al servicio de la gente y por la democracia. Nuestro propósito es aportar información oportuna, precisa y responsable, en momentos sombríos para la prensa venezolana. Fuente http://www.latribunadetodos.com/inocencia-tras-las-rejas-fravier-bello-el-nino-que-tiene-preso-maduro/">

14 de febrero de 2018

Sin niños no hay Patria Luisa Pernalete

Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir-ZstuzjOkF6emRANlQooU_c6Sa7OqoLGVZ1vcoSfHOG8jJoN1bxOSG09maMWE1bPrS_M7QGa8tw8UwVAWThyphenhyphen7J22iZYcme6XYeTpDKlYCIXWv-7AzHsgBJzUhssVFeJavVWDU7qXyeY/s200/mi+lok.jpg Valentina quiere trabajar para ayudar a su mamá a comprar comida. Ese deseo hasta bonito es, habla de la sensibilidad de una hija que ve los agobios de la madre, viuda, con mil cosas que atender. Ese hecho no sería noticia si no fuera porque Valentina tiene 6 años, estudia primer grado y debería estar ocupada en jugar a “las vecinitas” y en aprender a leer y escribir. “Tú dices que a los niños no le dan trabajo, pero yo conozco un compañerito que recoge latas y le pagan”. Este relato de Valentina me hizo llorar. ¿Hay alguien que pueda decir que los niños están siendo protegidos en este país? ¿Viven su vida de niños? Hay muchos que ni llegan a la escuela. Datos terribles circulan por todos lados. Solo voy a mencionar algunos. “Mueren 12 niños por desnutrición en el hospital de Maturín”, (Efecto Cocuyo, 1/02/18). La información la dio la jefa de emergencia pediátrica de ese hospital. Estamos hablando de casos del 2018. Y lean este otro: “Mueren 7 niños waraos de comunidades indígenas del Municipio Antonio Días”. La información la leemos del Observatorio de derechos Indígenas Kapé-Kapé . Y completa este dato triste, que los padres de los niños que presentaban cuadros de diarrea, vómito y desnutrición severa, acudieron a dispensarios del Delta pero en esos centros de salud no había remedios. Esas muertes se produjeron entre el 26 y el 27 de enero. Mientras, la Ministra de Asuntos Indígenas lo que reporta es que líderes indígenas participarán en Caracas en una plenaria en una actividad en el marco del Congreso del Plan de la Patria. ¿Patria sin niños? Completemos este cuadro trágico recordando que Cáritas ha estado informando sobre el incremento de la desnutrición de los niños en el país “En el 2017 atendimos el doble de niños que en el 2016”, dijo Susana Rafalli a los Obispos cuando habló ante la CEV a principios de enero. Según Cáritas, datos arrojados por el Monitoreo de la Situación Nutricional en niños menores de 5 años, 68% de los evaluados presentó algún grado de desnutrición; y lean este otro: de 5 a 6 niños mueren cada semana a causa de la desnutrición. Sigan a la ONG Prepara Familia, la cual permanentemente informa sobre la situación de los niños y niñas del Hospital de J. M de Los Ríos. Niños con cáncer sin tratamientos, niños que mueren en edades para jugar. Imposible no mencionar la drástica caída de la asistencia escolar en escuelas de Fe y Alegría – y suponemos que en el resto también – en lo que va del 2018. Causas: falta de alimento, falta de transporte y/o de efectivo para pagar el escaso transporte que todavía queda funcionando. Hay que añadir ahora las renuncias de maestros, aun gustándole lo que hacen. “No puedo comer con lo que gano”, me dijo hace unos días una profesora. Podemos trabajar sin pizarras, sin ventiladores, pero sin maestros no. Y sin educación, ¿Qué presente y qué futuro pueden tener los niños? ¿Qué Patria es esta? Sin niños sanos, sin niños vivos, no hay Patria posible. Hay que insistir que según nuestra legislación vigente, los derechos de NNA son Prioridad Absoluta, y no se cansa uno de repetir que eso es obligación en primer lugar del Estado que es la institución que maneja recursos públicos, diseña y ejecuta Políticas Públicas. Puede parecer una tontería y hasta una necedad repetirlo, pero se supone que no estamos en la selva, en donde impera la Ley del Más Fuerte, sino en una sociedad con instituciones que conocen sus deberes. Y aún si no tuviéramos leyes que obligan al Estado, está la sensibilidad de los seres humanos. Un solo caso de muerte por desnutrición debería movilizar recursos, llámelo como quiera: canal humanitario, emergencia, no soy especialista, pero tengo ojos, veo niños desmayándose en el metro de Caracas; sabemos da casos concretos de los que no están yendo a la escuela; escucho historias de todo el país, como la de Valentina; un solo relato basta para que uno se conmueva, aunque no conozca las víctimas con nombre y apellido. Ser gobierno implica responsabilidades. No se puede argumentar “ignorancia” frente a lo que está pasando. Por omisión también se peca. Pero si fuera falta de información, para eso está la sociedad civil, para eso estamos nosotros, para hacer llegar a los que toman decisiones estos datos, para recordar, para exigir. Y si usted, que me lee, no forma parte del gobierno entonces no se quede esperando saber cuántos niños más mueren. Haga lo que esté ´a su alcance. Apoye iniciativas, de las muchas que hay, pequeñas unas y grandes otras. Apoye acciones que no resolverán el problema global pero contribuirán a mitigar los rigores de esta emergencia que unos no quieren ver. Luisa Pernalete https://parahacerlaspaces.blogspot.com/2018/02/sin-ninos-no-hay-patria.html

8 de febrero de 2018

29 de enero de 2018

Valeria Luiselli habla sobre su libro ‘Los niños perdidos’

Valeria Luiselli es una de las escritoras más destacadas de su generación (si es que en estos tiempos líquidos pueden identificarse “generaciones”). Ha sabido escalar con talento por los peldaños de un mundo —el literario— que es a la vez misógino y progresista. Su obra publicada es corta, pero posee una voz sólida y única. Sus libros Los ingrávidos(2011) y La historia de mis dientes (2014) fueron traducidos al inglés y han cosechado buenas críticas en el competido mercado editorial anglosajón. Como ensayista, Luiselli sabe poner la mirada en lo pequeño, en los detalles que la acelerada cotidianidad oculta en las ciudades, las casas y los cementerios. En este ámbito se encuentran Papeles falsos (2010) y su más reciente libro, Los niños perdidos (Sexto Piso), un ensayo a medio camino entre la crónica y el reportaje donde Luiselli da cuenta de la trágica historia de los niños migrantes en Estados Unidos. El libro tiene como punto de partida el cuestionario aplicado por la Corte Federal de Inmigración de Nueva York a los niños migrantes para determinar si serán deportados o no. Cuarenta preguntas bastan (y sobran) para una reflexión que oscila entre la vida íntima y la vida pública; la elegancia de la prosa recuerda a Everyday is for the thief del escritor nigeriano Teju Cole. EXPLORA NYTIMES.COM/ES El peor y el más tonto Las voces de los niños entrevistados también cuentan la historia actual de Estados Unidos. “Los niños que entrevisto pronuncian palabras reticentes, palabras llenas de desconfianza, palabras fruto del miedo soterrado y la humillación constante”, escribe Luiselli. Leído a la luz de la era de Trump, Los niños perdidos resulta fascinante. Como si esos niños hubiesen estado allí desde hace tiempo advirtiéndonos que “la tierra de los libres” no es ni postracial ni progresista sino una tierra salvaje, cruel y despiadadamente esperanzadora. Luiselli se propone darnos claves para entender y enfrentar el complejo fenómeno de los niños migrantes y sus consecuencias. En parte la estrategia del poder ha sido hacer invisibles estas tragedias comunes y constantes, normalizarlas. En su libro, la escritora se propone “registrar la mayor cantidad de historias individuales posibles. Escucharlas, una y otra vez. Escribirlas, una y otra vez”. Y agrega: “Porque no hay modo de estar al tanto de lo que ocurre en nuestra época, en nuestros países, y no hacer absolutamente nada al respecto. Porque no podemos permitir que se sigan normalizando el horror y la violencia”. Me reuní con Valeria una fría mañana de otoño en la Ciudad de México para platicar sobre su último libro, cuando los ecos de los resultados electorales en Estados Unidos todavía estaban presentes, sin excepción, en todas las conversaciones. Continue reading the main story Foto ¿Por qué escribir un ensayo sobre los niños migrantes? No es un libro que lo tuviera planeado. En esa época estaba escribiendo una novela en la que llevo un tiempo trabajando y había decidido no aceptar otros proyectos. Pero las cosas no siempre son como se planean. Mi propio estatus migratorio –que, como mi novela, se encontraba atorado— y el boom de noticias sobre el tema irremediablemente me hicieron entrar a este mundo como traductora voluntaria en la corte. Una nunca está preparada para oír esas historias. El texto comenzó como un ensayo que John Freeman, editor de Freeman’s, me convenció de escribir y terminó como este libro. ¿Qué historia cuentan los niños migrantes? Son auténticas historias de terror. Cada una es parte de una compleja constelación en la que las estadísticas no son suficientes. No solo hablan de una historia particular sino de un relato colectivo de grandes desplazamientos del sur a los nortes globales, la historia de la violencia del capital y de la desigualdad rampante en América Latina. De alguna manera el cuestionario, al ser al mismo tiempo frío y preciso, ayuda a registrar esas voces con mayor claridad. Las preguntas a los niños están enfocadas en su experiencia en Estados Unidos, pero las experiencias desde México o América Central deben ser devastadoras No podemos sino sentir vergüenza de lo que sucede en México. Nos hemos convertido en un infierno para millones de personas, un infierno cruento e inimaginable. Allí están las fosas comunes de todos esoscuerpos sin historia de los que nadie se hace cargo. En tu libro relatas un viaje al interior de Estados Unidos en el que los medios locales cuentan una historia distinta de la situación de los niños migrantes, en comparación con el enfoque de los grandes medios. Lea el articulo completo en la fuente:

30 de octubre de 2017

La imposible poesia de la evasión ' Anna Maria Tiziano ' La Voce d'Italia

L’impossibile poesia dell’evasione Pubblicato il 29 ottobre 2012 da redazione CARACAS.- Affacciati nel ricordo di un “pupazzetto di pezza”, il nostro sguardo si ferma su un disegno ingenuo… “Gracias por su Apoyo”… v’è scritto a lettere elementari. Un ricordo caro, dell’”Asociacion Muchachos de la Calle” fondata da Gustavo Misle e Deanna Albano… Ne seguiamo l’incredibile lavoro da ormai quasi trent’anni. Deanna e Gustavo: un esempio di lealtà, di generoso amore verso chi l’amore non l’ha mai conosciuto. Ci riferiamo al “Barrio – Los Erazos” dove molti bambini hanno imparato a “parlare” di se stessi attraverso il disegno, l’elaborazione artistica della carta, le visite guidate, nella culla della cultura europea: Firenze.. Gustavo Misle, che ha saputo adoperare il “linguaggio della sensibilità profonda” con i suoi “muchachos”, giorni fa ha visto un suo ingenuo lavoro artistico guadagnarsi la “Mencion Especial” nel “Primer Salon del Paisaje” indetto dall’”Instituto de lasArtes de la Imagen y el Espacio” del “Ministerio del Poder Popular para la Cultura” del Governo Bolivariano del Venezuela . Adesso è esposto nel “Museo de Bellas Artes” di Caracas. Si tratta di un acrilico su tela (100x80cm.) raffigurante lo scorcio del quartiere metropolitano “Los Erazos”… Piccole casette, quasi una sull’altra e tante…tantissime antenne di televisione. Perchè? Che significano tutte queste antenne in una piccola viuzza di quartiere? -Sai, le persone non siedono più fuori la porta di casa a chiacchierare…Sai, ogni anno la violenza della capitale uccide tantissimi esseri umani ( potrebbero riempire totalmente il “Poliedro”)… Si tratta anche di “balas perdidas” ed allora la gente si chiede:”Mas alla de la “nueve milimetro”, que tenemos?”… e la risposta è :”La Television”! Una gamma di spettacoli trasmessi da tanti luoghi…magari “inventati” ma che in fondo intrattengono chi non vuole uscire di casa…chi ha paura di affrontare un fine settimana “all’aperto”. – Perchè Gustavo? Che sta accadendo? – Vedi, in America Latina non si è prodotto il “sogno collettivo”…ed allora, con cosa contiamo? Prima, una volta, i ragazzi parlavano dei loro progetti e, molti dei nostri “muchachos” lo facevano attraverso il disegno, la pittura… Oggi, è come se tutto si fosse cristallizzato…un tempo senza tempo… Allora, io mi sono chiesto: “Ma come sono nati i “barrios”’? Cosa ha motivato le persone?..Ed ho scoperto che sono state le donne”.. – E perchè? -Una volta, le donne ascoltavano le “radionovelas” e…sognavano. …Sognavano la Capitale e, piano, piano, hanno lasciato la vita del “pueblo” per cercare di vivere, magari,dei sogni che non si sono mai realizzati… È sempre stata la popolazione femminile a cercare, attraverso gli stimoli radiofonici, (ed oggi televisivi), una vita “parallela”… Mi chiedi il “perchè di tante antenne” nel mio disegno: perchè così adesso, è il “barrio”…tante antenne per “scegliere” la “fantasia che si vuol vivere”…Lontani dalla violenza di tutti i giorni…dalle “balas perdidas”. Oggi, purtroppo, non esiste più lo “spazio comunitario”… Dopo le ore 18,00, certe zone di Caracas è meglio non percorrerle. – E allora ci rifugiamo in un “mondo fittizio”? -Non tanto “fittizio”. Io direi… quasi parallelo, cercando un qualcosa che ci “addolcisca” un poco la realtà. Vedi – sottolinea Gustavo- c’è la decadenza del mondo occidentale, dei suoi simboli – le società stanno cercando con affanno quel “qualche cosa” che motivi l’esistenza. Purtroppo ci stiamo convertendo tutti in “cittadini mondiali” attraverso i vari mezzi di comunicazione “lampo”…Si assume un nuovo linguaggio (corretto o no)…si ha l’impressione di”condividere tutto con tutti” ma è solamente l’impressione…Non abbiamo potuto produrre nuovi simboli e quelli vecchi, sono già superati. Il problema attuale, secondo me, è che non ci sono idee…Nel mondo moderno, siamo ormai una “bestia illustrata”: l’antenna parabolica è un “mondo simbolico”…il simbolo di una “società in decadenza”. L’incontro con Gustavo, nonostante tutto ciò che abbiamo conversato, ci riempie di allegria… Esistono ancora persone come lui che parlano “guardandoci negli occhi” senza la necessità di una “tecnologia superintelligente”… E…. parlando così, alla “vecchia maniera”, possiamo vivere ancora la gioia di veder affiorare qualche lacrima d’emozione…”nature”…… come una volta! Anna Maria Tiziano

21 de octubre de 2017

Una región sostenible requiere niñas y mujeres adolescentes empoderadas OIT

Las niñas y adolescentes mujeres tienen un alto potencial para transformar el mundo a uno más sostenible y justo. Ellas cumplen un rol importante en la ruptura del círculo de pobreza de sus familias y comunidades; sin embargo, en América Latina y el Caribe muchas de ellas enfrentan grandes obstáculos para hacer cumplir sus derechos y son víctimas de diversas formas de discriminación y abusos En el marco del Día internacional de la niña, se hace imprescindible visibilizar la problemática que viven millones de niñas y adolescentes mujeres, sobre todo bajo el contexto actual de crisis que padecen varios países de la región a raíz de los conflictos y desastres naturales. Por ello, este año América Latina y el Caribe se une a la campaña “Empoderar a las niñas: Antes y después de la crisis”, propuesta por las Naciones Unidas. En contextos de crisis, las niñas y adolescentes mujeres conforman el grupo más vulnerable, pues están mayormente expuestas a situaciones peligrosas y delictivas, como las peores formas de trabajo infantil. Además, según la Unesco, las niñas que viven en zonas de conflicto tienen dos veces más probabilidades de dejar el colegio que los niños, lo cual compromete en su adultez la posibilidad de acceder a trabajos decentes y ser económicamente independientes. El trabajo infantil perpetúa la desigualdad y fomenta conductas discriminatorias hacia las niñas y adolescentes mujeres. Al respecto, debido a los roles de género y los estereotipos que existen, los niños y las niñas realizan distintos trabajos, siendo las mujeres las que se encuentran en mayor desventaja. Según las últimas estimaciones mundiales, aunque la mayoría del trabajo infantil lo realizan niños y adolescentes varones, son las niñas y adolescentes mujeres las que realizan actividades infravaloradas, como el trabajo doméstico y el cuidado de personas, que son dificilmente visibles a las autoridades. En varias culturas, las hijas mujeres suelen ser discriminadas en favor del hijo varón. Por ejemplo, es al hijo varón al que se le da la prioridad o facilidad para ir a la escuela. Las niñas son reservadas para colaborar con las tareas del hogar y el cuidado de los hermanos y hermanas menores u otros parientes. En esta línea, contruir una región sostenible implica empoderar a las niñas y adolescentes mujeres y asegurar la igualdad de género. Según la Organización Internacional del Trabajo, seis de las nueve metas para alcanzar la igualdad de género (ODS 5 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible) están estrechamente vinculadas con la Meta 8.7 sobre poner fin al trabajo infantil, puesto a que ello ayudará a reducir las formas de violencia, discriminación e inseguridad con las que conviven. En contextos de crisis, también es importante promover la participación de este grupo en la búsqueda de respuestas e intervenciones que prioricen el apoyo y protección a niñas y adolescentes mujeres. Luchar por el respeto de los derechos de las las mujeres, en especial de las personas menores de edad mujeres, contribuye a que los países reduzcan sus tasas de mortalidad maternal e infantil y el aumento de la participación de la mujer en el sector laboral. De esta manera, América Latina y el Caribe podrá hacer frente a la desigualdad, trabajo infantil, violencia y discriminación para dar pase a un futuro mejor y equitativo para todos y todas. Fuente: http://white.lim.ilo.org/ipec/alcencuentros/interior.php?notCodigo=2239

Pena de muerte para niños? de Luisa Pernalete

Nueve años es una buena edad para jugar, no para intentar asaltar un banco. Aunque usted no lo crea, a los dos días de la procesión de la Divina Pastora, un chico de esa edad, con otros dos de 11 y 12 años, fueron encontrados en la sede de una entidad bancaria ubicada en la avenida Lara de Barqusimeto. El trío infantil había abierto un boquete en el techo del establecimiento, la alarma de seguridad sonó y el gerente, acompañado de la policía, en horas de la madrugada, sorprendió a los chicos. ¿No es un hecho terrible? Por supuesto, la noticia salió en toda la prensa local y en la edición digital de uno de los medios, el comentario de un lector me dejó sin aliento: “ Si eso piensan a esa edad, mejor que no los dejen llegar a adultos”. ¿Qué les parece? Confieso que no sé qué me dejó peor, la imagen de los pequeños presuntamente queriendo asaltar el banco o el comentario del adulto pidiendo “pena de muerte” para los muchachos. Ese asalto frustrado me hizo recordar el caso de Dieguito, asesinado hace unos 3 años en Ciudad Guayana, a los 12 años ya había matado a siete personas. Desde los 8 andaba asaltando con pistola en manos por las calles de Puerto Ordaz. El niño había sido entrenado por una banda de adultos. Lo agarraban y lo soltaban porque era menor de edad y a las autoridades no se les ocurrió que Diego necesitaba ayuda, salir de la influencia de la banda que lo utilizaba. No recuerdo que a esos adultos se les capturara. Se le aplicó pues la “pena de muerte” de hecho, lo mismo que el comentarista barquisimetano sugirió para los involucrados en el caso mencionado. Los niños no nacen delincuentes, aprenden con lo que ven a su alrededor. Se supone que la familia, la sociedad y el Estado deberían velar por el derecho de los niños a vivir una vida de niños, Se supone que son “prioridad absoluta”. Pero las propuestas que se escuchan a veces para abordar el problema son a veces aumentar los años para privarlos de libertad en caso de delitos graves o la pena de muerte, como lo hemos comentado en estas líneas. El Comité de Derechos del Niños en Ginebra, cuando la delegación venezolana rindió su informe en septiembre del año pasado, preguntó cuántos adolescentes en problemas con la ley estaban privados de libertad, ni eso está claro, mucho menos está cuáles políticas públicas de prevención evitar casos como el de Dieguito o el del trío con un libreto propio de una película. Las respuestas fueron tan imprecisas que se puede sospechar que no existen. Los niños y adolescentes en riesgo están desatendidos. No hay que seguir esperando que mueran antes de tiempo. 2.01.15

4 de agosto de 2017

Niños ¨martires y el olvido de los hipocritas'' Milagros Socorro

@MilagrosSocorro Héroes | Mártires | Neomar Lander | Protestas | Se acumulan los nombres de muchachitos asesinados en protestas, 22 según Cecodap. Vidas que se desparramaron en el asfalto de la lucha contra desalmados. Homenajes se suceden y frases hechas se vociferan, pero esconden una realidad: son niños que mueren, más que mártires o héroes Una pregunta para quienes hablan de los “guerreros”, los “libertadores” y los “chamos cuyo sacrificio no será olvidado jamás”: diga el nombre completo de tres niños muertos en las protestas de Venezuela. Le pedimos tres. Ya. Dígalos de corrido, sin echar mano a su teléfono para buscarlos en Internet. Muy pocos responden con aplomo. La inmensa mayoría, incluso de quienes se proclaman fanáticos de los muchachitos con escudos de cartón, son incapaces de recitar los nombres de tres adolescentes asesinados por la represión. Y, según la ONG Cecodap, hasta este jueves 3 de agosto, ya se habían registrado 22 muertes violentas de adolescentes. Bryan David Jiménez Principal, de 14 años. Cayó el 11 de abril, en la urbanización Alí Primera, Barquisimeto. Carlos José Moreno Barón, de 17. Herido fatalmente en la cabeza con arma de fuego durante una manifestación en San Bernardino, Caracas. El 19 de abril. Albert Alejandro Rodríguez, de 16 . Murió asfixiado con gas lacrimógeno, en El Valle, Caracas. El 20 de abril. Yorgeiber Rafael Barrena Bolívar, de 15. Sucumbió a una descarga eléctrica en una panadería en El Valle, Caracas. También el 20 de abril. Jackson Enrique Hernández H., de 16. Lo mató una bala en Capacho Nuevo, Táchira. El 25 de abril. Armando Cañizález, de 17. Su vida fue segada por trauma penetrante en el cuello, en Las Mercedes, Caracas. El 3 de mayo. Jesús Armando Alonzo Valera, de 15. Recibió un disparo en la cabeza cuando miraba a sus vecinos robando mercancía de una carnicería, en Carabobo. El 4 de mayo. Luis Alviárez, de 17. Una metra le destrozó el pecho. En Táchira, el 15 de mayo. Yeison Nathanael Mora Cordero, de 16. Lo hirieron para matarlo, en Pedraza, Barinas. El 16 de mayo. José Francisco Guerrero, de 15. Lo mataron de un balazo, la noche del 16 de mayo. Daniel Rodríguez, de 17. Otra bala apuntada a la cabeza. En Santa Ana, Táchira. El 18 de mayo. Neomar Alejandro Lander Armas, de 17. Alguien calculó cómo meterle un proyectil en el pecho. Lo mataron en Chacao, Caracas. El 7 de junio. Fabián Alfonso Urbina Barrios, de 17. Otra bala certeramente enviada al tórax. Estaba en una manifestación en la autopista Francisco Fajardo, Caracas. Rubén Darío González Jiménez tenía 16 años cuando una bala lo mató. Oswaldo Rafael Britt fue arrollado por un camión de Hidrobolívar, en Ciudad Bolívar, a sus 17 años. A Jean Luis Camarillo de Luque la vida se le fue por una tronera en el pecho, cuando manifestaba en La Pomona, Zulia Tenía 15 años. Jean Carlos Aponte cayó a los 16, en Petare. Glimber Terán fue asesinado mientras caminaba cerca de una protesta en El Paraíso, el 26 de julio, cuando tenía 16 años. Luis Ortiz cayó en el Táchira a los 17 años. A Adrián Rodríguez le dieron un tiro en la cabeza, a los 13 años, también en Táchira. Daniela de Jesús Salomón Machado fue asesinada en San Cristóbal, el 31 de julio, a la edad en que las muchachitas celebran fiestas de 15 años. El alto porcentaje de disparos a la cabeza y al pecho despejan toda duda: fueron asesinatos perpetrados con cálculo y por asesinos fríos muy bien entrenados. ¿Sabían estos niños a lo que se enfrentaban? ¿Están conscientes los menores, y quienes deben orientarlos, de que se enfrentan a un adversario terriblemente peligroso y sanguinario?, ante quien ninguna precaución es poca. interna Más de dos decenas de niños muertos en tres meses tienen que constituir una advertencia muy seria, sobre todo para quienes teatralmente hablan de heroísmo, de víctimas propiciatorias, de memoria eterna para estos adolescentes. La verdad es, como dijimos, que a pocas semanas de estos horribles asesinatos muy pocos recuerdan sus nombres y sus caras de niñitos. Pero cierta propaganda frívola sigue urdiendo un mito según el cual a mayor cantidad de muertos más cerca estará la salida de la crisis en Venezuela. Una mentira vil. Muchos de estos muchachos, por no decir que todos, fueron a la muerte sin sospecharla. Sabían, naturalmente, que corrían un gran riesgo. Precisamente por eso se expusieron, porque el peligro les resulta excitante a los adolescentes, mucho más cuando están en grupo. Está científicamente comprobado que, cuando los adolescentes están con sus amigos, su sistema de recompensas se aviva todavía más. Comprenden el riesgo, pero encuentran muy gratificante impresionar a sus compañeros. No por nada, los adolescentes tienen cuatro veces más probabilidades de verse involucrados en un accidente de tránsito y de todo tipo, en realidad (con excepción de los laborales); y los conductores de 17 a 25 años tienen una tasa de accidentes que supera más tres veces la de aquellos con más experiencia. Tienen, además, un sentimiento de omnipotencia capaz de dominar sus cuerpos, en pleno asalto hormonal. Son cambiantes, impulsivos, temperamentales, se meten en problemas y, lo más graves, están convencidos de que la muerte no es para ellos. Eso es para los ancianos de 28 años, pero no para ellos. “La adolescencia –dice el doctor Steinberg, investigador del cerebro adolescente– se caracteriza por una sensibilidad máxima del cerebro a la dopamina, un neurotransmisor que activa los circuitos de gratificación e interviene en el aprendizaje de pautas y la toma de decisiones. Esto explica la rapidez de aprendizaje de los jóvenes y su extraordinaria receptividad a la recompensa, así como sus reacciones intensas y a veces melodramáticas ante la victoria y la derrota”. Es evidente que, al fracasar las negociaciones, el país se encuentra a las puertas de un recrudecimiento de la violencia y la represión. El propio Maduro ha vociferado su intención de radicalizar las causas que tienen al país protestando en las calles. Y tenemos razones para pensar que las fuerzas represivas no tienen límites en su crueldad, en la voracidad con que roban y la facilidad con que asesinan. Tenemos, pues, que pensar en métodos de protesta y “de calle” que disminuyan todo lo posible los peligros fatales, que son muchos. Y, definitivamente, no se debe seguir atizando la ficción que atrae a los adolescentes a una muerte que ni han calculado ni tendrá ninguna utilidad, ni será recordada por nadie, salvo sus padres. Relacionados Luces en medio de las tinieblas A propósito de los chavecitos de esquina Lo que va a ocurrir este 16 de julio A patadas contra todo “Pa’ que aprenda” Fuente:

1 de agosto de 2017

Regresaron los Niños de la Calle, Deanna Albano

Regresaron los niños de la calle En los años 90 en Venezuela se hizo evidente la presencia de niños y niñas en las calles de las principales ciudades como resultado de la crisis de estructuras sociales y familiares, y como último eslabón de una cadena de pobreza, como símbolo de la exclusión de las instituciones tradicionales: la familia, la escuela, los centros de atención, la comunidad. Los muchachos de la calle, el sector de la población más vulnerado en sus derechos en cuanto a educación y servicios básicos, pierde oportunidades de formación y capacitación, y su nivel de escolaridad es muy bajo y por ende menos capacitado para el trabajo. En definitiva son niños en lucha por la sobre vivencia en un medio urbano, y por ello se ven obligados a recurrir a estrategias, tan diversas que van desde la mendicidad hasta casos extremos como la ocurrencia de hechos ilegales, en la mayoría de los casos inducidos por adultos. Sin embargo, desde un punto de vista educativo todos conforman parte de los niños ausentes, en mayor o menor grado, del sistema escolar es decir que no están a cargo de ninguna institución para su formación e integración. (UNESCO, 1995:17) En la calle un “circulo vicioso” rodea a estos muchachos, empezando por el adulto que lo induce a cometer delitos, la madre que le acepta el dinero y objetos para la casa, como la nevera que siempre soñó, sin preguntar el origen del dinero. El policía que le quita la mercancía o el dinero sustraído, y lo deja ir libre. El comerciante comprador de los objetos robados. El de la recuperadora de metales le compra los objetos y le paga con drogas. Cuando el muchacho es detenido, muchas veces sin entender el porqué, es recluido en una institución que no tiene talleres de formación laboral, no tiene espacios educativos, no tienen biblioteca y mucho menos personal especializado para atenderlo En esa institución son violados sus derechos a la salud, a la educación, al uso del tiempo libre. Y un elemento importante se olvida su condición humana. El Estado intentó abordar esta problemática, hubo una considerable movilización de recursos humanos y financieros, los esfuerzos fueron visibles y notorios. En la década de los noventa hubo una explosión de acciones, intervenciones, proyectos, programas, planes de política social a favor de la infancia. Con el propósito de proporcionar un marco legal al niño y adolescente, se promulgaron leyes, surgieron y se desarrollaron importantes contribuciones a la definición de políticas públicas para la protección de la infancia y la familia. Igualmente hubo una efervescencia de modelos de intervención. Numerosos congresos, sobre los derechos de los niños, seminarios, foros, innumerables folletos, trípticos, videos, dieron cuenta de una gran cantidad de proyectos a favor de los niños de la calle. Sin embargo la mayoría de estos programas no arrojaron los resultados esperados, algunos fracasaron u tuvieron que reformular sus objetivos. El motivo fundamental fué la ausencia de investigaciones que proporcionaran la información necesaria para prevenir la situación de los niños que hacen de la calle su forma de vida. Por otra parte la promulgada Ley Orgánica de Protección para el Niño y Adolescente ( LOPNA 2000) que si bien es bastante completa en su formulación, y hay que reconocer que la LOPNA representa un avance jurídico incuestionable, sin embargo en la práctica sostenida a través de los últimos años, la situación de la infancia y adolescencia y en especial de los niños de la calle y de los niños trabajadores en la calle Si bien el conocimiento de los niños en circunstancias especialmente difíciles aumentó, por otra parte se acentuó la brecha entre la magnitud del problema y la capacidad de respuesta de los organismos competentes. Pero además con la primera reforma de la LOPNA, en 2007, se eliminó la participación de la sociedad civil, se aniquiló el Sistema de responsabilidad penal del adolescente, y como consecuencia: no mejoraron las condiciones que enfrentan los niños y adolescentes en conflicto con la ley, que requieren de una medida de privación de libertad. No se garantiza un mejor trato para ellos de parte de las autoridades policiales y las mismas no están capacitadas para la atención a estos adolescentes. No se cuenta con instituciones, locales y personal especializado para una adecuada atención de esta población y tampoco se cumplen las medidas no privativas de libertad que establece la LOPNA, Tampoco se asignaron recursos suficientes para atender con programas y proyectos no sólo a este grupo complejo en formación humana, sino que el resto de iniciativas para la prevención con políticas educativas, sociales, asistenciales, recreativas y culturales, fueron desmanteladas en toda su concepción administrativa y jurídica. Con la segunda reforma de la LOPNA en 2015 en lugar de fortalecer el Sistema de Protección, sucedió todo lo contrario y se debilito mucho más, y lo más grave se esfumó la responsabilidad de un ente Rector encargado del diseño de politicas publicas a favor de la niñez, y mucho menos de evaluar los programas. . A lo largo de los últimos años aparentemente disminuyó el interés hacia los niños de la calle, al cambiar de nombre hacia niños de la patria. Esta población perdió visibilidad, por la brutal represión de la policia y los muchachos se replegaron a los barrios. Aumentaron los homicidios de niños y adolescentes. En fecha reciente 19 de Marzo un hecho lamentable acaecido en horas de la madrugada en el bulevar de Sabana Grande, cuando un grupo de niños y adolescentes presuntamente involucrados en la muerte de dos funcionarios de la Guardia Nacional, fueron detenidos por las autoridades. La adolescente supuestamente implicada fue reseñada por los medios impresos esposada y con la cara descubierta, contraviniendo lo establecido en el Articulo 65 de la LOPNA y vulnerando sus derechos de privacidad. Lo más grave fue la falta de ética de supuestos periodistas al reseñar la noticias con infelices y desafortunados titulares. El drama de los niños de la calle, convertidos por la prensa, en sanguinarios vicitimarios, irrumpió en la conciencia de la sociedad, ocupando multiples espacios, pero nadie se preguntó: ¿Dónde están esos programas gubernamentales que efectivamente encaucen a nuestros niños, niñas y jóvenes a ser verdaderos revolucionarios de la cultura de la vida, de la paz, del progreso y no de la cultura de la muerte que los lleven a matar, a delinquir, a tomar las armas para defender una patria que los asesina cobardemente y los priva de la posibilidad de vivir? Este pequeño grupo niños y adolescentes privados de sus derechos a la vivienda, salud, educación, a vivir en familia y ahora despojados de sus necesidades de un juicio justo y sin derecho a la defensa, lamentablemente no serán atendidos por un personal especializado, ni serán referidos a una institución adecuada porque simplemente no existen.

8 de mayo de 2017

Los Niños de la Resistencia

Fuente: niñosenresistencia 04/05/2017 | FOTOGRAFÍA DE PORTADA: EMILY AVENDAÑO | FOTOGRAFÍAS EN EL TEXTO: ANDREA HERNÁNDEZ Y NELSON OVALLES Emily Avendaño @Emily_Avendano Guarimba | Hambre | Niños | Oposición | Protesta | resistencia | La resistencia no es exclusiva de los más grandes. Su músculo se fortalece con niños. Nadie se pregunta por qué están allí. Se cuelan entre la masa y también asumen la vanguardia. Han aprendido a preparar bombas molotov y a devolver lacrimógenas. La razón es única y compartida: tienen el estómago vacío Una espiral de gas lacrimógeno se dibuja en el cielo. La batalla tiene lugar unos pocos metros más abajo, en la avenida Sur de Altamira. Cada tanto estalla un ruido seco: el de los propulsores de bombas. Pese a que tienen 13 y 15 años de edad no se arredran. “Cuando bajemos eso va a estar rudo”, dice el más grande. Mientras al pequeño le pican los pies por salir corriendo a meterse en la candela. Cada vez que trata de acercarse al enfrentamiento entre manifestantes y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) chocan las metras que tiene guardadas en el bolsillo de su mono escolar. El mayor también viste con el pantalón del uniforme; pero no están en clases. Son uno más en la pelea. Nadie los detiene a pesar de sus edades, ellos mismos no permitirían que lo hicieran. “Estamos aquí porque queremos un cambio y un país mejor. Para eso es que hay que luchar, y este Presidente no nos quiere ayudar. Queremos un cambio”, insiste el de 13. Se niegan a dar sus nombres. Explican que son de El Paraíso y llegaron hasta Altamira en un autobús. Están preparados. El de 15 tiene un guante grueso en la mano derecha —la que usa para devolver las bombas— y un pedrusco agarrado firmemente en la izquierda. Usa además gorra, lentes y tapabocas. El de 13 lleva casco, pero no guantes. Necesita las manos libres. Se defiende con una china. Allí, todavía más cerca de la avenida Francisco de Miranda que del enfrentamiento, ya la tiene cargada. Para eso son las metras. A ellos se les unió un tercero que dice ser de José Félix, en Petare. Dice que también tiene 13 años, aunque a duras penas supera el metro de altura. Parece de siete. Él no tiene nada que lo proteja. Ni siquiera la mezcla de bicarbonato con agua, que sirve para contrarrestar el ardor de los gases. No le hizo falta. Al rato se le ve con la cara cubierta con un trapo a guisa de capucha saliendo de entre la muchedumbre. Había conseguido un escudo de madera y corría de la avenida Del Ávila a la Sur gritando: “¡Vienen de aquel lado!”. Hablaba de los guardias. El aviso sirvió para que quienes se concentraban más arriba pudieran moverse y sortear la humareda tóxica. Niños-en-protesta-2 cita-niño-5 No es una rareza que menores de edad participen en las manifestaciones. Una estudiante de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) a la que también le gusta estar al frente dice que los ve todo el tiempo. “Yo he hablado con ellos. Uno de los grupos se hace llamar la resistencia del 23 de Enero y son puros carajitos. El que parece ser su líder tendrá 16 años. Los demás tienen 12 o 14. He visto chamitos así en la avenida Victoria, El Paraíso, Chacao. Tienen hambre, y esta es su manera de descargar su rabia”. Libia Álvarez, paramédico de la Cruz Verde, también ha visto niños lanzando piedras a la GNB por los lados de El Sambil y el CCCT. “Por lo general están allí pidiendo algo de comer, andan descalzos y en muy malas condiciones de higiene”. Un grupo de manifestantes del este de la ciudad incluso se unió para regalarles zapatos, camisas y morrales a chamos de entre 15 y 18 años que constantemente ven en Las Mercedes y Altamira. “Son de zonas populares. Cuando hablamos con ellos lo que nos dicen es: ‘Los sifrinitos tienen como irse. Nosotros no. Tenemos que echarle bolas aquí”. cita-niño-4 Prepara la “morrocoy” Ese 3 de mayo de 2017 en Altamira ninguno dijo vivir en la calle. Los chamos reconocieron que estaban allí escapados de sus padres. Uno de 16 años de Pinto Salinas también se movía entre una avenida y la otra del sur de Altamira. Llegó hasta el lugar a pie con la intención expresa de participar en la manifestación. “Nadie sabe que estoy aquí y no me da miedo. Lo hago porque es una lucha, porque no tengo comida. Ahora estoy con los convives —compinches de guarimba— y ellos son los que me regalan un poquito”. De nuevo una nube venenosa se cierne sobre la avenida Sur, pero ni él ni sus compañeros corren. Están aclimatados. “Tranquilos, tranquilos. No corran”, advierten a la masa. Un grito aumenta la tensión: “¡Médico! Hay un herido”. La exhortación resuena con fuerza. De repente entre la multitud una moto que lleva a alguien inconsciente. La escena, aunque de terror, al final se repite muchas veces. En algunas oportunidades no son motos, sino dos combatientes llevando a cuestas a un asfixiado; o a alguien cojeando por el impacto de una bomba. Comienza un murmullo. Parecen ser cacerolas, pero no lo son. El metal suena diferente. Poco a poco aumenta en decibeles. Es el tronar del muro que resguarda el terreno de Altamira Sur. El ruido no molesta. Es un llamado al aguante. Se hace más fuerte a medida que se dibujan líneas de gas sobre las cabezas de los manifestantes. Es entonces cuando Carlos Véliz se deja ver. Es de Guatire y tiene 16 años. “Estoy aquí porque quiero defender mi futuro. Si no lo hacemos ahorita después no habrá nada. Solamente una dictadura y cómo voy a hacer yo”. Carlos tiene una misión en la batalla aunque no sepa muy bien cómo pronunciarla: “Mi función es lanzar piedras y las bombas… ¿morrocoy? Esa vaina. Lo aprendí aquí. Se hacen con un poquito de gasolina y tierra para que se expanda”. Niños-en-protesta-1 cita-niño-3 Es un trabajo de relevos. Mientras algunos emergen con la cara roja y sudorosa, otros bajan a las cercanías de la autopista Francisco Fajardo a continuar el enfrentamiento. Marco Murillo, de 14 años, apareció con la cara constreñida, arrugada, los puños apretados y los hombros cuadrados. Vive en la carretera Petare-Guarenas y también llegó caminando. “No me gusta cómo está el país. Uno aguantando colas”. Él no sabe hacer molotov, pero sí sabe lanzarlas. Su trabajo además es devolver las lacrimógenas a los guardias, o llevar las bombas a los “escuderos”. “Mi única protección son los guantes y la máscara, pero se le dañó el filtro”. Ese día tenía un solo guante y en la mano desnuda llevaba una piedra. Junior Ortiz, de 12 años, jugaba con una roca. La lanzaba de arriba abajo para atraparla con la misma mano. Su única protección era un casco y como él mismo dijo: su fuerza. “Tiro piedras como puedo y aguanto como puedo también”. Afirma que participa porque está luchando por su país y porque le gusta la adrenalina. Llegó desde la Urbanización Simón Rodríguez —cerca del Teleférico Waraira Repano—, con su papá y un tío, aunque siempre se le veía solo. cita-niño-2 En la avenida Victoria Estaban en la avenida Victoria cuando la represión arreció el 1° de mayo. Eran dos, ambos dijeron llamarse José y ser hermanos. Rondan siempre entre las calles Internacional y El Progreso. Uno aseguró tener trece años y el otro afirmó que tenía once. Llegaron justo después de una de las rondas de gases lacrimógenos que lanzó la PNB a los manifestantes. Estaban alzados. Los dos con piedras en las manos. El más grande cargaba su china con una roca cada vez que escuchaba una detonación. —¿No son muy chiquitos para estar aquí? —Eso no importa. —¿Y por qué vinieron? —Porque tenemos hambre. Niños-en-protesta-3 cita-niño-1 Vea el articulo completo en:

19 de febrero de 2017

Boletin Ridiacc Julio 2016 Primera edición

PRIMERA EDICIÓN-BOLETÍN RIDIACC Julio 2016 Red Internacional Los Niños No Son de La Calle Primer Boletín de RIDIACC, el cual posee información del trabajo que hemos desarrollado hasta el momento en Colombia, Perú, Argentina y Venezuela. Red Latino-Americana Los Niños No Son de La Calle's profile photo Red Latino-Americana Los Niños No Son de La Calle

15 de junio de 2016

Despues de tantas colas.

Después de tanta cola debajo del sol, para buscar medicamentos, perdió la razón. Apostó a la primavera, en las ventas de alcohol, conversaba con sus amigos de las flores y sus colores, hablaba el dialecto del amor. Pasa por las aceras con su esposa, tomados de las manos. Aquí van a suceder cosas de rosas y primavera, con amenaza de lluvia. La tarde se ha vuelto morada pasa la brisa estrenando, un nuevo perfume, desplegando una sonrisa y se hunde en el suspiro, ¿Trópico, por qué me diste tanto sol y tanta razón