Asociación Muchachos de la Calle

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1 de septiembre de 2014

Mario Capecchi: de niño de la calle a Premio Nobel de la Medicina

Mario Capecchi: de niño de la calle a Premio Nobel de la Medicina Con setenta años recién cumplidos, Mario Capecchi ve todos sus esfuerzos bien pagados con la concesión del Premio Nobel. Y es que la vida no se lo puso fácil. Este ciéntifico - doctorado en biofisica por la Universidad de Harvard y profesor de genética humana en la Universidad de Utah - nació en el Viejo Continente (Verona, Italia) cuando la vieja Europa era un autentico polvorín., el 6 de Octubre 1937. Su infancia estuvo tintada por el horror, el abandono y la miseria. Su padre murió en África combatiendo, y su madre era una poetisa antinazi, profesora de La Sorbona que vendió su casa y todas sus pertenencias, porque sabía que los alemanes vendrían por ella. El dinero de la venta de todos sus bienes, se lo entregó a una familia de campesinos tiroleses para que se hicieran cargo de su pequeño de cuatro años. A lo, la Gestapo encarceló a su madre en el campo de concetración de Dachau. Al año de tener a su cargo al pequeño, aduciendo que se acabó el dinero, esta familia lo dejó en la calle. El niño empezó a deambular solo y se unió a una pandilla de chicos mendigos que robaban para poder comer. Comía los restos que encontraba en los tachos de basura. A veces se refugiaba en los orfelinatos donde le daban sólo café y un pedazo de pan para comer por día. A los cuatro años, la Gestapo encarceló a su madre en el campo de concetración de Dachau. Durante casi cinco años deambuló por las calles y logró subsistir mendigando o robando.En 1945 su madre fué liberada y tardó 18 meses para encontrarlo. En 1946, recién finalizada la segunda guerra mundial, el destino hizo que se reencontrara con su madre, quien emigró a los Estados Unidos. Y fué allí donde Mario Capecchi comenzó su educación primaria, pues con nueve años aún no sabía ni tan siquiera escribir... Ahora feliz, se dispone a recibir el máximo galardón al que un cientifico puede aspirar por ser pionero en “recombinación homóloga”, un intercambio de información genética que permite modificar uno o más genes. Algunas de las frases que ha dicho pueden hacernos reflexionar: "Ahora hay una sensación de que la gratificación tiene que ser inmediata. La gratificación es algo que lleva mucho tiempo, esfuerzo, dedicación y paciencia.Y por eso es gratificante cuando llega". La vida de Mario Capecchi es un ejemplo de superación y tesón. Con el tiempo, se convertiría en uno de los mejores investigadores de nuestro tiempo y en 2007 se le concedió el Premio Nobel de medicina. “¡La ciencia de la calle! Siempre he pensado que lo que aprendí entonces con aquellos ladronzuelos, me sirvió después como investigador: una cierta intuición del porvenir...”. Si te gustó el artículo y quieres compartirlo en otra web, puedes hacerlo. A cambio solamente te pido que incluyas este enlace como fuente: http://www.sentadofrentealmundo.com/2008/09/prohibido-llorar-sin-aprender.html#ixzz29Nr1Trve

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