Una mañana sin justicia…

Una mañana sin justicia…

La mañana de este lunes 21 de julio, sorprendió a quienes asistimos en búsqueda de justicia al Circuito Judicial de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes del Área Metropolitana de Caracas; resplandeciente lucia un edicto firmado por la coordinadora de ese circuito, en el cual se suspendía el despacho de estos Tribunales durante este día, la razón de peso para tomar tal decisión, fue la de poder celebrar el día del niño. Que bueno que aún queda ese deseo de poder hacernos niños por un momentico y tratar de recuperar un poco de esa inocencia; pero lo que es inconcebible, es que se suspenda el sublime proceso de impartición de justicia a fin de celebrar en los predios tribunalicios una fiesta para los hijos de los empleados. Por supuesto que el Principio de Prioridad Absoluta contemplado en el artículo 7 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, no tuvo peso alguno al momento de tomar tal decisión, que noble gesto hubiese sido el hecho de que la coordinadora del circuito demandase de los Jueces celeridad procesal o un avocamiento mayor en las causas, que ya de por sí están bastante retrasadas, eso si hubiese sido un regalo para todos los niños, niñas y adolescentes usuarios del sistema de justicia. Nuestra Carta Magna, ha sido vulnerada, se omitió el principio que garantiza la impartición de justicia sin dilación alguna. Ya son bastantes los problemas que presenta este circuito judicial, como la ausencia de jueces, por lo menos en la Sala XV se lleva más de dos semanas sin despacho, constantemente se cae el sistema informático o se traspapelan los documentos que se consignan por la URDD.

El llamado es para que los magistrados de este circuito, asuman con mayor seriedad el rol que les corresponde, sabemos de la ética que les caracteriza, pero que sentido tiene darle cabida a un acto inoficioso, cuando son mayores las responsabilidades que nos ocupan. Por cierto, haber utilizado las instalaciones del Tribunal, para festejar a los hijos de los trabajadores, se llama peculado de uso; es decir, se le dio un uso distinto para lo cual fue creado dicho recinto público.



Abg. Leonardo Rodríguez Angola