Asociación Muchachos de la Calle

Asociación Muchachos de la Calle

10 de mayo de 2009

"La politización de la escuela conduce a la pobreza"

entrevista a Juan Maragall
* Abandonó uno de los colegios privados con más recursos de Caracas para saltar a la administración pública.

* Es el director de educación de la Gobernación de Miranda. Desde su nuevo cargo, reflexiona sobre la docencia y sus retos. Piensa que muchos niños y adolescentes no completan sus estudios debido a dos factores: la falta de planteles y la poca pertinencia del bachillerato


Hasta hace cuatro meses pasaba el día rodeado de niños y adolescentes de uniforme escolar en el colegio bilingüe que fundó en 1996, un proyecto educativo con énfasis en la ciencia, el arte y la tecnología y con un sistema de estudios a tiempo completo. Ahora su tiempo transcurre entre presupuestos estatales y la administración central de más de 600 planteles públicos, muchos de ellos con infraestructura en pésimas condiciones.

El educador Juan Maragall, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello, decidió dejar sus labores como director del Colegio Integral El Ávila, uno de los planteles privados de Caracas con mayores recursos, para asumir el reto de conducir la Dirección de Educación del estado Miranda.

Fue miembro de la Red de Padres y Madres, ha sido un defensor de los derechos de la sociedad civil y la comunidad educativa. Su preocupación por la politización de las escuelas y la falta de cobertura fueron dos de los retos que lo llevan a asumir un cargo de la administración pública.

Dependen de la gobernación 690 escuelas (entre ellas 54 liceos) en las que estudian casi 150.000 niños. "Encontré muchos maestros y directores llenos de mística y vocación, trabajando en condiciones muy adversas. Hallé un ambiente muy tenso por el uso político de los espacios escolares, ésta agenda prevalecía al momento de asignar cargos y prioridades.

Nosotros trajimos una agenda pedagógica centrada en los niños, y eso nos ha permitido avanzar en el diálogo. Todo el mundo, independientemente de su posición política, está de acuerdo con darle una mejor educación a los niños".

--¿Piensa que la educación se ha politizado excesivamente en los últimos años? --Yo creo en la necesidad de rescatar la verdadera agenda de las escuelas, que es la de los niños. La escuela puede prestar espacios a la comunidad o puede ser un punto para hacer las elecciones, pero su prioridad son los niños y adolescentes.

--¿Cuáles son los riesgos de esa politización? --La politización de la escuela conduce a la pobreza. Lo que más defiende al ser humano de la pobreza son sus años de escolaridad, es su capacidad para expresarse por escrito, comprender textos, resolver problemas a través de la matemática. Si politizo la escuela, la vacío de contenido. Tenemos escuelas más pobres hoy en día. Si quieres combatir la pobreza, dale educación a las personas.

--¿Pero no sería esto lo que intentan, en teoría, las misiones educativas del Gobierno? --Las misiones tienen el gran mérito de estar montadas sobre la satisfacción de necesidades reales. Por ejemplo, la Misión Ribas, para formar bachilleres. Pero si la ves por dentro, es un cascarón hueco, no está formando bachilleres.

Asisten mujeres que quieren darse una segunda oportunidad en su vida, que son disciplinadas y autocontroladas y están dispuestas a sentarse ante esos videos y aguantar; pero los muchachos varones, de 16, 17, 18 años de edad, no aguantan dos clases en esa misión. Lo triste de esas misiones es que están orientadas a satisfacer una necesidad real, pero no están respondiendo.

--Hay un problema de calidad de la educación venezolana. La diferencia entre un muchacho que estudia en un plantel privado y un alumno que estudia en uno público es abismal. ¿Qué se necesitaría hacer en el país? --Hay investigaciones que demuestran que la variable de mayor impacto en la calidad de educación de un Estado son los docentes. El país tiene que invertir más en su formación, pagarles mejor, reconocerlos socialmente, darles mejores condiciones laborales, designarlos por concurso y respetarles su carrera docente.

--El ministro de Educación, Héctor Navarro, contará con la asesoría de cubanos en las zonas educativas. ¿Necesitamos ese apoyo externo? --En Venezuela hay suficiente experiencia y conocimiento.

El problema no es de asesores, sino de decisiones administrativas y políticas que no se han tomado en 10 años. Tenemos que invertir más dinero en nuestros maestros, fortalecer la condición meritocrática, optimizar las universidades y pedagógicos; si no hacemos eso, no mejoraremos las condiciones de nuestras escuelas. Esa asesoría busca garantizar una visión ideológica. Su brújula no es pedagógica. No lo necesitan nuestros niños porque eso no fortalecerá su formación académica.

--¿Cuáles son los problemas que ha encontrado en el sistema educativo de Miranda que se repiten en el resto del país? --Nadie se está dando cuenta del problema de cobertura que se viene presentando progresivamente. Tenemos un número muy significativo de alumnos fuera de las escuelas, entre los 6 y los 14 años de edad. En Miranda, nuestros primeros cálculos indican que tenemos poco más de 100.000 niños, entre los 7 y los 14 años de edad, fuera del sistema escolar.

--Pero si la gobernación atiende a 150.000 niños, que haya 100.000 fuera del sistema es demasiado... --Precisamente. Por ejemplo, en Petare se hizo un trabajo entre 2004 y 2005 y se identificó a 23.000 niños fuera de la escuela. Esta situación tiene 2 orígenes: el primero es que, como país, estamos invirtiendo muy poco en la construcción de nuevas escuelas. En Venezuela se remodelan muchas y se reinauguran muchas, pero se fundan pocas escuelas.

Tenemos que invertir menos en material militar o invertir menos en convenios internacionales y más en escuelas.

Luis Pedro España calcula que el país necesita 5.000 nuevos planteles. Si hicieras una división rápida, a Miranda le tocarían 250 liceos. Mis primeras investigaciones indican que sólo se han construido en este estado entre 7 y 10 escuelas al año. Pero, además, estoy convencido de que no tenemos nuevas escuelas porque la mayoría de los venezolanos no las valoramos y eso incluye todas las clases sociales y todos los sectores.

Y hay un ejemplo de la clase media. En la urbanización Miranda, hace quizás 8 años, se iba a hacer un colegio.

De hecho, está la estructura montada, y al mismo tiempo se empezó a construir un motel. Los vecinos, organizados de manera estructurada y sistemática, se opusieron al colegio y no dijeron nada sobre el motel. Éste funciona y la escuela ha sido parada. En Terrazas del Ávila hay 4 parcelas educativas y en ninguna se ha logrado hacer un colegio; ha habido muchas iniciativas, pero los vecinos no han querido. No hay más escuelas porque en el fondo los venezolanos no las valoramos, eso se expresa en las leyes, en los políticos, en los presupuestos, en las comunidades.

--Hay un discurso público distinto, todo el mundo habla de la importancia de la educación. --Hay una doble cara sobre el tema.

--¿Además de la construcción de escuelas, qué otras razones hay para que haya tantos muchachos fuera del aula? --El segundo problema es la deserción entre sexto y séptimo grado, que tiene que ver con la no pertinencia del bachillerato. Urge que se redefina. Si en algún nivel hay que hacer un cambio es en éste. Cuando el Gobierno anuncia que habrá un nuevo currículo, en mi opinión deberíamos dejar intacto el de preescolar y básica y abocarnos seriamente a revisar el de bachillerato.

--Pero hubo una propuesta de liceos bolivarianos que era un intento de cambio de currículo. ¿Qué piensa de ella? --Yo vi un documento inicial y había dos afirmaciones que eran válidas: reducir el número de materias y revisar el sistema de evaluación. Pero entre esas ideas válidas había demasiados argumentos ideológicos.

La crisis de nuestros liceos no es ideológica, es un costo de oportunidad muy alto para nuestros adolescentes que necesitan que el liceo los prepare para un proyecto de vida de más corto plazo: la incorporación al mundo laboral. Para mí, el país no necesita una nueva Ley de Educación, necesita revisar su bachillerato, ahí tenemos que meter nuestras energías. La no pertinencia del bachillerato y la falta de nuevas escuelas tiene demasiados muchachos en la calle.

Esto genera el problema de seguridad que nos tiene a todos arrinconados.

--Muchas fueron las críticas al liceo bolivariano por aligerar el número de materias. ¿Hacia dónde debe ir el bachillerato? ¿Debería ser, quizás, un liceo más diverso? --Esa es la palabra: diversidad. Para mí, la solución está en sacarnos de la cabeza que debe haber una estructura única de bachillerato, que ha sido el mal del país, como si toda Venezuela fuera idéntica. Hay que hacer una propuesta de liceo plural que, dependiendo de cada comunidad, pueda conducir al adolescente en distintas direcciones. Mucha gente dirá que es discriminatorio.

Pero no, más discriminatorio es ahora porque el muchacho se sale; pero si en el liceo aprendiera un oficio que lo llevara de una forma razonablemente rápida al mundo laboral, él se quedaría.


MIREYA TABUAS MTABUAS@EL-NACIONAL.COM

Fuente: EL NACIONAL, - Domingo 03 de Mayo de 2009 Siete Días, pag. 4

5 de mayo de 2009

Se estima que para el 2013 se erradiquen los niños en situación de calle


El Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Idena), inició este martes primera Mesa Técnica para elaborar un Plan Nacional de Protección Integral 2009-2013. Según la presidenta de este organismo, Litbell Díaz Aché, en la actualidad hay 1 mil 500 niños , niñas y adolescentes en situación de calle, y afirma que para el 2013 será erradicado definitivamente de Venezuela el problema de los niños, niñas y adolescentes en situación de calle. El Plan Nacional de Protección Integral 2009-2013 tiene como finalidad cuatro ejes fundamentales, la primera: centralizar la atención de los niños, niñas y adolescentes privados de cuidados parentales; segunda: la erradicación de toda forma de violencia y explotación contra niños, niñas y adolescentes; tercera:el diseño del sistema único estadístico en materia de infancia y adolescencia y cuarta: articular y democratizar el instituto.(La Calle (Carabobo), pp. 11, 29/4 – María de Jesús Rodríguez)