Asociación Muchachos de la Calle

Asociación Muchachos de la Calle

19 de diciembre de 2010

La oscuridad en pantalón corto

La oscuridad en pantalón corto

Tiene 16 años y vive en Nueva Tacagua. Está en el comercio ambulante de flores desde los 13. A las ocho de la noche, Héctor se sienta frente al Subway de El Rosal junto a otras tres personas: una dama adulta, un niño vendedor de chicles y Fidel, un joven de 15 años: "Vendo flores desde que tenía cuatro y llevo 11 años en el oficio".

Hay quienes piensan que se necesitaría poseer mucha dureza para permanecer indiferente frente a todo lo observado en apenas una ronda reporteril. El periplo también sirve para constatar que en situación de calle-nocturnidad hay otro tipo de niño que no trabaja. Es el hijo del buhonero adulto que permanece en la vía pública hasta bien entrada la noche. El padre o la madre alegan que no tienen con quién dejar al muchacho. En los bulevares de la ciudad abundan esos casos. Finalmente, hay que citar a aquellos niños, niñas y adolescentes -de muy diversas edades- que se mueven sobre esos espacios sombríos pidiendo "algo para comer".

El diagnóstico de la infrahumana vida de esos pequeños y pequeñas no es fácil de definir. Muchos se preguntan si de la Lopnna surgirá acaso una señal de esperanza para José Ramón, Héctor, Jonatan y otros anónimos en pantalón corto.

(Últimas Noticias, pp. 4, 12/11 - Fidel Eduardo Orozco)